Siempre me preparo con peluca, gafas luminosas o máscaras para recibir el año que viene. Encuentro increíble festejar con todo cada 31 de diciembre.
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Hoy me enteré que algunos significados de todo esto que viene de hace cientos de año y que por ejemplo se usaban máscaras para recordar a los familiares o personas queridas que ya no estaban, mientras que el ruido tenía el fin de alejar los malos espíritus. Hoy todas estas tradiciones se han actualizado y en muchos casos se han perdido sus orígenes y motivos.
A mí me encanta el cotillón, lo encuentro muy entretenido, pero lamentablemente creo que contamina mucho, la cantidad de basura -especialmente esta- que vemos el primero de enero es impactante. Por eso yo prefiero siempre antifaces o máscaras que se pueden coleccionar.
Es cierto que la inversión es un poco más que comprar esas bombas de challas metálicas que además son perjudiciales para el alambrado público, pero es un bonito recuerdo de cada año que pasa. Es ideal buscar una que represente de alguna manera lo que fue el año anterior. La idea obviamente es quedarse con todo lo bueno que te dejaron los 12 meses pasados.
¿A ustedes les gusta el cotillón?