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El candadito del amor se me cerró

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Ay el amor… lanzar una moneda a una fuente deseando volver a una ciudad… pero con tu amado… deshojar una margarita repitiendo la fórmula mágica me quiere mucho… poquito… nada… casarse, regalar una flor, llegar con chocolates, hacerle heriditas a un árbol o secarte el pelo después del dolor de brazos tras las caídas en la nieve. Sí, el romanticismo no ha muerto.

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Hace un tiempo les contábamos del rito de la relación de “entregar la llave”, y cuando vi esta noticia pensé que se trataba de eso; pero no. En Venecia, la ciudad más cara, complicada helada en invierno y hedionda en verano romántica del mundo, se caracteriza por sus puentes y góndolas impagables. Y en varios de esos puentes, el peso del amor se hace sentir.

Si la micro barco (vaporetto)  cuesta como 15 mil pesos la única pasada, imagínense lo que cuesta la góndola, que vendría a ser como un taxi. Bueno, si te quedas en el casco histórico, podrás recorrer los puentes y encontrarte con millones de candaditos como de maleta que tienen inscrito el nombre de una enamorada pareja.

Luego de la publicación del libro Ho Voglia Di Te (Te Deseo) de Federico Moccia en 2007, tanto candado no deja ya mirar las aguas venecianas. En el libro, un enamorado marca sus nombres en un candado, lo agarra a un puente y tira la llave al río, como un símbolo de amor eterno. La cuestión está tan de moda, que ahora se pasó para la punta y las autoridades no quieren saber nada de candados prendidos a las obras públicas, porque como ya no queda espacio en las rejas, las personas han prendido los candados de los candados ya existentes, en una promiscuidad de relaciones que ya nadie entiende.

Y esta moda, no sólo se ha desarrollado en Venecia, sino alrededor del mundo: puentes, muros, y hasta faroles son escenario perfecto para sellar el amor.

Creo que si bien esto es bastante romántico si tienes quince años, a estas alturas no lo haría. Imagínense que después de que viajas con tu amado y se juran amor eterno, te enteras de que te engañaba con tu mejor amiga o algo peor. Podrá existir la ley de divorcio, pero no será tan fácil tomar un avión, dirigirte al puente en cuestión y buscar tu candadito. No sé, lo que es yo, prefiero ver el amor como una desición constante y sonante de amar al otro, y no como una obligación o imposición de encadenamiento. No sé ustedes pero yo lo encuentro un poco medieval.

¿Qué piensan ustedes?¿Amarrarían su candado del amors?

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