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Hay que creerse el cuento

La confianza es clave, y es lejos lo más atractivo

Día de los solteros

Pero cuando por fin vuelves a enganchar con un nuevo amor, pinche o pasatiempo -creo que se asemeja más a lo último- comienzas a recuperar ese sex appeal que pensaste habías perdido, pero en realidad, solo estaba tomando una gran siesta.

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Hasta aquí todo anda a la perfección. Ahora sales a toda fiesta a la que te invitan, te arreglas, te sientes cada día mejor y no te quejas de los minos; ya que más de alguno anda a tu alrededor y por supuesto que hay uno que sobresale, pues te gusta más que todos. Pero es precisamente ese tipo el que menos te da bola, pese a que ya le diste muchos besos, abrazos y por supuesto,  ya tuvieron el encuentro de rigor.

Desde ese momento, piensas que con él tendrás un amorío pasajero de esos ultra entretenidos, pero claro, al final te enganchaste y el mino es el que no te pesca, a no ser que en una noche desenfrenada, le den ganas de loquear y te llame. Ahí ¿qué haces? Vas, por supuesto.

Él maneja la situación a su antojo y tú para sentirte segura accedes al juego. Es de esos con los que solo consigues cuestionarte cada vez más y echa por la borda la difícil tarea de haber entrado nuevamente al terreno de la soltera empedernida. Te vuelves insegura y te preguntas muchas veces al día ¿qué hago mal? ¿Será la ropa? ¿Seré demasiado aburrida? ¿Estaré gorda? ¿Soy una mina demasiado complicada? Es en este momento cuando todo lo que habías ganado de seguridad, la comienzas a perder y crees ser la mujer que jamás volverá a encontrar el amor.  Haces dieta todo el tiempo, gastas plata en hermosos atuendos y cuando sabes que verás al tipo que te encanta, te arreglas como para una gala y él esta vez vuelve a ignorarte. Te lees una y otra vez la compatibilidad entre los signos del zodiaco y un manual que googleaste en internet sobre las mil y una cosa que aman los hombres de las minas, para memorizar. Te dicen que tienes que ser simpática, hablar temas inteligente, ser coqueta, tierna, femenina, espontánea, auténtica, entre un sinfín de otras cualidades. A veces te sientas a pensar si tienes alguna de ellas, pero este tipo te hace creer que no y empieza a hacer que te quieras cada día menos. Es ahí cuando tocas fondo, te sientes disminuida y no quieres volver a saber de minos por un buen rato.

Pero les digo, esa no es la solución, pues qué vas a hacer tu casa llorando sobre la leche derramada habiendo innumerables panoramas más entretenidos que hacer. No todo en la vida es chicos. Sal a reírte de ese pobre perdedor junto a tu amigas y a disfrutar de las cosas buenas que nos da la vida. Solo hay que darse cuenta que la seguridad no te la da un pobre pelotudo que no te da bola o lo hace cuando anda fogoso. La confianza hay que buscarla dentro de cada una, mirarse al espejo y de verdad sentir que si bien no eres la octava maravilla del mundo, sí eres una tipa inteligente, chispeante, audaz, fresca, coqueta, más simpática que la cresta, con carácter y que aunque la talla de pantalón que quieres no te entre, eres simplemente especial. Si el tipo no te quiere, él se lo pierde y de seguro vendrá otro para pasar el rato, el que te hará sentir increíble y si se dan las cosas, quizás hacerte feliz por un buen tiempo.

Basta de creer que si no te resultó con aquél guachón que te quitaba el sueño y que además trapeó el suelo contigo, tienes algún defecto o problema. Sencillamente, hay que dejarlo pasar y seguir disfrutando. Él ya no merece tu atención y claramente no encaja contigo ni tú con él, pero lo comido y lo bailado no te lo quita nadie. Además, ¿a quién no le han hecho un gran NEXT alguna vez en su vida? A todas y no es el fin del mundo, lo que no quiere decir que no seas una mina increíble, pues lo eres. Si una no se cree el cuento, nadie lo hará por ti, Por lo menos desde ahora en adelante esa es mi filosofía de soltera empedernida y hay que aprovechar ¿no crees?

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