Cuando yo era una “niña” de 13 años experimentaba una edad bastante extraña. Vivía entre la niñez y la pre-adolescencia. Cuando te gusta tanto jugar con las barbies como mirar por la ventana muchas horas al día por si el chico que te gusta aparece en bicicleta o la mamá lo mandó a comprar pan.
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Sin embargo, hoy todas esas cosas están cambiando y cada día serán más diferentes. Pero me llama particularmente la atención la pérdida de la inocencia a tan corta edad. Hoy no le vienes con cuentos a un niño de 13 años, de hecho a esa edad ya no es un niño si no un adolescente. Obviamente, siempre hay excepciones, pero nadie me puede negar que es así como están pasando las cosas hoy.
El otro día me reuní con una amiga que me contó que su hermana menor que tiene justamente la edad en cuestión le dijo muy segura – Romi creo que he madurado, me saqué todos los aros del cuerpo-. Lo que la dejó perpleja y le hizo preguntar alterada -¿Cuáles aros?-. La pequeña ya convertida en adolecente le respondió:-eso no importa- mientras sacaba de su cartera dos revistas de tatuajes y la miraba con los ojos brillantes de ilusión. Fue ahí cuando mi amiga se dio cuenta que el mundo no para y que los niños de hoy no están disfrutando sus años de inocencia o que quizás la edad del pavo ya no existe. Ahora de una se convierten en mini adultos.
No se si esto es culpa de la tecnología, la globalización, la soledad o quizás todo junto. Pero creo que esto tiene que ver con la capacidad que deben desarrollar los niños de hoy de valérselas por sí mismos. A los 9 ya saben cocinar tallarines y hasta sushi, manejan dinero para sus colaciones, deciden cuál será el nuevo modelo de zapatillas que usarán y el peinado. Están la mayor parte del tiempo solos y no deben temer porque seguirán estando sin protección por lo menos hasta las 21:00 hrs. No hay espacio para debilidades.
La velocidad de las cosas incluso de las etapas están mermando los mejores años de estas personitas que cuando se den cuenta que su niñez quedó atrás tendrán pocos recuerdos nostálgicos como los tenemos nosotros como dicen por ahí “La última generación cuerda”.