Hace algunos días que estamos viendo cómo evoluciona el caso de Geyse Arruda, brasileña de 20 años, que fue humillada por cientos de estudiantes de su Universidad Banderainte, Sao Paulo, por vestir una minifalda. No se ustedes pero yo creo que es demasiado troglodita la situación.
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Y lo que agrava más esta situación es que según Globo dentro del tumulto de personas figuraban profesores y personal de seguridad de la casa de estudios.
Luego de esto fue expulsada por el directorio por su “actitud provocativa”; Decio Lencioni, asesor legal de la Uniban, declaró que la joven fue “expulsada debido al cumplimiento de las normas de la Universidad”. Pero finalmente fue restituida, después de la amplia crítica pública, la llamada de atención del Ministerio de educación, la intervención de la Secretaría de políticas para mujeres –Nilcéa Freire– y, obviamente, la tremenda demanda que le puso la carioca a su facultad.
Lo más anecdótico es que esto haya sucedido en Brasil, dónde debido a las altas temperaturas todo el mundo se viste con ropa ligera, sin hablar del carnaval donde todos sabemos como se celebra.
Obviamente, una cosa es el carnaval y otra es ir a clases a la universidad ¿Pero en realidad es tan terrible su mini? Yo creo que el vestidito que estaba usando es bastante feo, pero de ahí a gritarle puta es otro cuento.
