Es probable que muy pronto los médicos empiecen a recetar una golosina a sus pacientes. El helado, ese mismo que desde chicos escuchamos decir que hay que consumir con moderación para no enfermarnos, hoy aparece en un formato que puede ayudar a las personas con cáncer.
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Unos científicos de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, crearon un helado que combate los efectos colaterales de la quimioterapia, uno de los tratamientos a los que se someten los enfermos de cáncer.
Los científicos trabajaron en conjunto con la empresa láctea Fonterra y dieron a origen a ReCharge, este postre médico que funciona aliviando la diarrea, la anemia y la falta de apetito.
El componente estrella que logra producir estos efectos positivos no es ningún químico raro o desconocido, se trata de la misma leche. Sus componentes bioactivos son los que tienen este potencial de ayudar al cuerpo a enfrentar los indeseables efectos secundarios de la quimioterapia.
Este es un descubrimiento muy positivo para Nueva Zelanda, ya que su industria de mayor exportación es precisamente la industria láctea. Y también lo es para la empresa Fonterra, que controla casi un tercio de las exportaciones lácteas a nivel mundial.
Una idea ingeniosa y agradable que permitirá que quienes sufren de esta grave enfermedad puedan cambiar algunas de sus pastillas por un sabroso helado.