El 2007 en el balneario portugués de Praia da Luz desapareció la pequeña niña inglesa Madeleine McCann, el caso de menor extraviada más mediática en el mundo.
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Tras años de investigaciones y centenares de teorías, todavía Scotland Yard y la policía lusa sigue sin poder lograr una explicación sobre qué pasó con Maddie, quien fue vista por última vez en la pieza del hotel donde se hospedaba junto a sus padres, quien habían salido a cenar y cuando volvieron al lugar no encontraron a la niña.
Y en todos los años de indagaciones, uno de los primeros sospechosos fue el experto en informática ruso Sergey Malinka, el cual justamente vive en la mencionada localidad portuguesa.
En ese sentido, pese a que ya fue descartado por los agentes británicos tras confiscarle sus computadores, interrogarlo y revisar toda su vivienda, volvió a ser el centro de atención tras hacer una serie de revelaciones sobre el caso y anunciar que escribirá un libro respecto a las investigaciones.
Al respecto, aseguró que todavía no existe una idea sobre lo que aconteció con McCann ya que las indagaciones están llenas de «chantajes, sobornos y amenazas».
Además, tildó de «defectuoso» el trabajo policial y recalcó que «no permitiré que las mentiras de otros envenenen mi futuro».
Malinka sostuvo al Sunday Express que «he sido llevado al punto de abatimiento, involucrado en una red de mentiras, traiciones y amenazas».
«Los engaños de los demás me han llevado al borde de la desesperación, a veces hasta el punto de no retorno, pero el tiempo cura incluso las heridas más profundas», precisó.
Sin embargo, el hecho que escriba un libro sobre el caso no cayó bien en la familia McCann. Acorde a una fuente cercana a los padres de Maddie, el texto del ruso solamente logrará «infundir más sufrimiento a Kate y Gerry, especialmente en Navidad».