El domingo pasado por la mañana, un hombre identificado como Devin Kelley irrumpió en la Primera Iglesia Bautista, en la localidad de Sutherland Springs (San Antonio) y abrió fuego en contra de las personas que se encontraban ahí. Como resultado, al menos 26 fallecieron y otras 20 resultaron heridas.
Aunque el fallecimiento de cada una de las personas es realmente triste y lamentable, el caso del que más se está hablando es del de un bebé de 18 meses de edad, quien fuera la víctima más joven del atentado.
Hasta el momento no se han dado más detalles del bebé y sus familiares.
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Una disputa familiar, ¿la causa?
De acuerdo con los informes de las autoridades, el terrorista había amenazado previamente a su suegra, que frecuentaba la iglesia donde ocurrió el atentado, pero ella no estaba ahí el domingo pasado.
Freeman Martin, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, indicó que «hubo una situación interna» dentro de la familia del hombre armado y que amenazaba a su suegra de mensajes de texto. Por ello es que consideran que la matanza no se debió a motivos raciales o religiosos.
El atacante fue encontrado muerto dentro de su camioneta, la policía cree que se disparó al sentirse acorralado.