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Así es la pareja ideal de la nueva era: independencia, amor y respeto

Para la mujer de la nueva era no existe conflicto entre ser productiva, creativa, un miembro que contribuye a su comunidad y amar a su pareja

Por Gisela María Hengl

Facilitadora Certificada del Método The Work

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La mujer y el hombre de la nueva era no temen las diferencias pero éstas les atraen, la mujer y el hombre de la nueva era asumen sus más altos atributos.

Son totalmente autónomos, confían en sí mismos, son auto-responsables, no tienen por qué temer, ni envidiar ni estar resentidos contra el sexo opuesto.

Pueden abrir todos sus canales de sentimientos y pueden experimentar la plenitud y la gratitud para con su pareja.

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La mujer y el hombre de la nueva era, son dos semejantes ayudándose mutuamente en su crecimiento como individuos, como hombre y como mujer. Son individuos perfectos y totalmente desarrollados, sin embargo, buscan sus fallas y encuentran la razón por la falta de satisfacción en sí mismos y en el otro, reconocen su negatividad e interacción mutua para así resolverlas juntos.

No caen en el juego de culpabilizar, lo cual, ensancharía el abismo entre ellos mismos y como pareja, pero sí reconocen la diferencia entre su ser falso y su ser real.

En la nueva era las diferencias ya no provocan miedo.

Las diferencias abren nuevos espacios para explorarse en cada momento y para así, seguir interesados uno en el otro y siempre sorprendidos de la magia del alma que se está revelando.

Para la mujer de la nueva era no existe conflicto entre ser productiva, creativa, un miembro que contribuye a su comunidad…y el amar a su pareja. La mujer tiene una fortaleza y ha ganado su autonomía enfrentándose a la vida, a la realidad y abrazándola con todo lo que eso significa. No lo hace con espíritu de odio, de rebeldía, de competencia, de desafío, ni imitando las distorsiones y los excesos de la masculinidad, la agresión negativa y los juegos de poder. La mujer es completamente auto responsable y en consecuencia libre.

Está firmemente parada no solo en lo material sino también en lo intelectual, mental y emocional. Siente su poder en todos los niveles, y a su vez, quiere estar con su hombre. La mujer de la nueva era no necesita al hombre, ella elige estar con su hombre. Su amor por él es el que la lleva a donde ella sola no podría llegar.

Ella sabe que ningún hombre puede proporcionarle la felicidad y el placer que ella misma no ha podido generar en su propio interior.

La nueva mujer sabe, que al amar a su hombre y al rendirse a sus sentimientos, amándolo y aceptándolo como él es, fortalece su individualidad y la hace crecer a su máximo potencial. El rendirse a él desde su esencia, la conecta a su ser real.

El hombre de la nueva era ya no necesita una pareja más débil, para así evitar sentir su propia debilidad.

El hombre de la nueva era se encuentra en paz con su propia debilidad, la enfrenta y en consecuencia gana su propia fuerza.

Él se da cuenta que su debilidad se origina en su auto-rechazo y es siempre una negación de su propio ser superior.

Ya no necesita a una pareja inferior, en lo económico, social, profesional y emocional, para así convencerse así mismo de ser aceptado y amado. El hombre de la nueva era al aceptar su debilidad, ganará su fortaleza y las cualidades de su ser real.

Su manera de relacionarse con la mujer es en verdad de equidad, en donde ella es tan creativa, tan adecuada, tan moralmente fuerte y tan inteligente como él mismo.

No necesita jugar el papel de amo, sabe que esto lo inhabilita a abrir su corazón y lo hace sentir una superioridad falsa que genera distancia.

Si existieran círculos viciosos, éstos se convertirán en círculos virtuosos.

En lugar que sus sentimientos de inferioridad cierren su corazón, creando resentimientos, odio, frustración y culpa hacia el sexo opuesto, se genera y fortalece el círculo benigno que abrirá su corazón.

Dentro de él se expanden valores y fuerzas reales, por lo que no necesita ser el miembro superior de la pareja.

Puede darse el lujo que su corazón hable, y se relacione desde su vulnerabilidad en el mismo nivel emocional que su pareja.

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