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Que el último mes del año no sea puro estrés. Aquí te decimos cómo

¿Está irritable con sus hijos y no sabe cómo abordar todas las responsabilidades de diciembre? Siga estos consejos; le aseguramos se relajará un poco y saldrá airoso(a) de este agitado mes.

Nos queda el último tramo del 2015, el más estresante, sobre todo para quienes somos padres. Los últimos exámenes de los hijos, las presentaciones y ceremonias en los colegios se suman al cierre del año en el trabajo conentrega de balances y metas para el 2016, y a las compras navideñas (entre muchas cosas más). ¡Uf!, ¡agotador!

«Lamentablemente, cuando estamos estresados perdemos con mayor facilidad la calma con los hijos. Por otra parte, al bajar nuestros niveles de energía y concentración, nos ponemos más irritables e impacientes, y disminuyen las ganas de estar con ellos y de supervisarlos. Al estar cansados se nos olvida elogiarlos o recompensarlos por su buen comportamiento. A veces, incluso se nos olvida hablarles, ya que estamos con muchos pensamientos en la cabeza. Y, por supuesto, la reacción de los niños probablemente nos estrese más aún», explica Francisca Puga, psicóloga de la Universidad Católica y directora de Triple P Chile, Programa de Parentabilidad Positiva que entrega a los padres ideas simples y concretas para mejorar la conducta de los hijos y la relación con ellos.

La profesional –quien también es magister en psicología social comunitaria del London School of Economics– dice que este agobio y estrés se puede evitar, o reducir considerablemente, si nos organizamos y disminuimos nuestra carga de trabajo, compartiendo responsabilidades, por ejemplo, en el cuidado de los niños y pidiendo ayuda si el comportamiento de alguno de ellos nos preocupa. «Una parte importante del estrés viene de las propias expectativas sobre nosotros mismos. Por lo tanto, es importante tomar conciencia y ajustar la carga de trabajo. No se puede tener tiempo para todos y todo: a estas alturas es difícil mantener la casa limpia, participar de todos los eventos sociales, comprarles a todos el mejor regalo, lograr que siempre nuestros niños estén portándose bien, no perder nunca la calma, ayudar y decir que sí a todo lo que nos piden los amigos y colegas, etc. A veces, es mejor asumir que algunas cosas no van a andar tan bien como quisiéramos, que no vamos a poder hacer todo lo que nos gustaría y que el mundo no se va acabar por eso».

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La profesional agrega que también es importante no dejar de hacer ejercicio, aunque éste sea sólo caminar, y preocuparnos de lo que comemos, ya que esto ayuda a prevenir la ansiedad, los cambios de ánimo y los niveles de energía. También, aconseja hacer al menos una actividad que disfrutemos al día, como escuchar música, llamar a algún amigo para conversar, o ver un rato la serie que nos gusta. Media hora puede hacer la diferencia, resalta.

«Por otro lado, debemos reconocer que en situaciones de estrés no controlamos nuestros pensamientos negativos. Podemos parar y calmar esto articulando frases como: ‘Puedo hacer esto’, ‘Mantén la calma’, ‘Ya has pasado por esto antes’, o ‘Relájate’. Es importante que creamos en estas afirmaciones, con las cuales reemplazaremos aquellos mensajes negativos que nos inmovilicen o nos lleven a actuar en forma negativa», puntualiza.

 

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