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Daniela Castro: “Soy demasiado exigente con mi imagen”

Imagen foto_0000003020150706125931.jpg La ganadora de «Masterchef», y actual conductora del programa «Manos a la obra» (13C), está trabajando en una línea de ropa bajo su nombre, preparando el libro que resume su paso por el concurso de cocina, recibe invitaciones a eventos, está en conversaciones para ser embajadora de distintas marcas, y es un referente para sus seguidores en Instagram.
Por: Isabel Pinto G. Fotografías: Gonzalo Muñoz. Maquillaje: Sofía Del Río, con Urban Decay, para Blow Up Beauty Dry Bar.
Peinados: Margarita Larraín, con L’Oréal Professionnel, para Blow Up Beauty Dry Bar (www.blowupbar.cl)

Daniela tiene 27 años; cuando era chica le gustaba la televisión, quería ser actriz o estudiar Comunicación Audiovisual, pero cuando estaba en sus últimos años de colegio se decidió por Arquitectura. No le alcanzó el puntaje y comenzó a estudiar Arte en la Universidad Católica. «Sabía que era buena, pero me di cuenta que tenía aún más talento». Descubrió que tenía el lado artístico desarrollado, pero necesitaba técnica, por lo que después de un año volvió a dar la PSU e ingresó a estudiar Arquitectura a la Universidad de Chile; «error garrafal, porque si bien uno aprende la parte técnica, me empecé a desligar demasiado de lo que me gustaba, me alejó de lo que estaba buscando. Llegó un punto en que no era feliz con lo que estaba haciendo, dije ‘¿qué hago?’. Lo estaba pasando mal, dejé de pintar cuadros, de decorar mi casa, dejé lo que yo quería ser en la vida, porque la arquitectura te quita 24 horas, haces muchas maquetas, planos, entonces entre estar haciendo un plano hubiera preferido estar pintando un cuadro».
La conductora de «Manos a la Obra», de 13C, decidió congelar y arriesgarse como decoradora. «‘¿Qué es lo peor que puede pasar?’, pensé. ‘Que me vaya pésimo, vuelva y termine la carrera'». Comenzó a buscar trabajo y mandó varios mails, uno de ellos a Macarena Jiménez, la creadora del blog Twinbirds, hoy Topshop Marketing girl pero que en ese momento trabajaba en H&M, a quien le gustó su propuesta. «Me puse a trabajar con ella como bloguera y decoré un ‘showroom’ privado para H&M». También se contactó con la gente de Monjitas a la Moda, a quienes les dijo que le encantaba la moda y la decoración, que hacía ropa, bordaba, pintaba; «valoraron mi versatilidad y me ofrecieron hacer una marca con ellas, ‘Monjitas by Dani Castro’, eran poleras étnicas, con mostacillas y lentejuelas, bordadas una por una, a mano, por mí. Le fue súper bien a esa colección. Después decoré la tienda del Alto Las Condes e hice la vitrina, fue mi sueño».

Pasión por la moda
La ganadora de «MasterChef» se define como súper sociable, entonces no se siente intimidada cuando la gente la saluda. «Siempre me ponía a conversar en la fila del supermercado, la diferencia es que la gente ahora se me acerca, los medios están pendientes de mis cosas (que no sé por qué les interesan) pero lo más importante es el cariño de la gente. Eso cambia. Antes andaba tranquila por la calle y ahora siempre escucho el murmullo ‘MasterChef, ahí va’. Esa es la palabra que escucho todo el día, pero el cariño es impagable, tengo millones de personas que me quieren y me siguen, estoy muy agradecida por eso».
¿Eres muy exigente con tu imagen?
Demasiado exigente con mi imagen, soy muy insegura, desde chiquitita tengo personalidad extrovertida, pero creo que es una forma de proteger mi inseguridad. A través de la ropa trato de sentirme más segura, la verdad es que me cargan muchas cosas, mi pololo me reta, me dice que me trato mal, siento que nunca es suficiente lo que hago, que podría ser mejor, siempre encuentro que me veo fea, todo el día alego, soy un poco agotadora en ese sentido.
Dijiste que eres insegura, pero te atreviste a hacer un desnudo para una revista. ¿Cómo fue esa experiencia?
Soy súper autocrítica e insegura, pero cuando trabajo en el tema del modelaje, como a uno la peinan y la maquillan, es una instancia en que me siento más confiada. El hecho de que te llamen y que te lo ofrezcan es porque algo ven en ti, y que yo probablemente no veo. Eso te da más seguridad. Cuando me invitaron a participar vi las fotos de otras niñas que eran escritoras, actrices, cantantes, no era un desnudo farandulero, me gustó por eso y por el tipo de fotografía, no provocativas en términos eróticos, sino atractivas artísticamente.
¿La moda es un tema para ti?
Siempre tuve interés por la moda, desde chica, me gusta todo lo que tiene que ver con estética, los detalles, el estilo de vida. Un tiempo me hacía la ropa, la cosía a mano porque no tenía máquina, me hice un strapless con puros retazos que usé para un cumpleaños, hice poleras… Me gusta la moda, las transparencias, las cosas bordadas me encantan.
¿Tienes algún referente internacional?
Alexa Chung, es británica y la amo con el alma, porque es hippie y rockera.
¿Cuáles son tus tiendas favoritas?
Rapsodia y me gusta mucho Topshop, porque tienen tallas para mí. Porque aparte de flaca soy chiquitita, entonces como que todo me queda bien ahí, es mi marca perfecta. También Free People, que son como estilos medios hippies y rockeros.
¿Cómo definirías tu look?
Hippie chic, rockero. Mi sueño es ser rockera, esas cosas me gustan, pero lady no, nunca con un vestidito rosado de niña bien, esas cosas no, prefiero ponerme un saco de papas.
¿Qué tipo de ropa te gusta comprar?
Pantalones, poleras, los zapatos también me gustan, y las pantys con diseño para combinarlas con botas.
¿Tienes alguna prenda fetiche?
Mi chaqueta de cuero negra.
¿Te gustan los accesorios?
Antes usaba un anillo en mi dedo chico, me encantaba, no me lo he podido poner porque cocino. Ahora uso collares, me gusta ponerme tres cadenas en distintas alturas, tengo millones de piedras, que me regala mi suegro para las energías.
¿Qué prenda no puede faltar en tu clóset?
Los skinny jeans de Topshop, que son pantalones ultra apretados a la cintura; una polera ‘huila’ transparente; un sostén de encaje, y un brazalete.
Eres embajadora. ¿Te transformarte en referente para algunas marcas?
Sí, de Blow Up, y soy «amiga» de Sun Monticello, además estoy en muchas conversaciones con tiendas de decoración, ropa, estilo de vida, belleza. Cuando esté con una marca de ropa tiene que ser con una que me satisfaga 100%, porque uno tiene que representarla. Prefiero esperar. Pero lo entretenido es que me relacionan con la cocina, la gastronomía, la decoración y la moda, porque soy multifacética. A las marcas les gusta mi Instagram, porque no sólo tengo mis fotos, sino que hay recetas, manualidades, hay diversidad, y eso no pasa mucho.
¿Tienes algún proyecto relacionado con la moda?
Con Monjitas a la Moda estoy trabajando en una nueva línea de ropa, una cápsula que será »Monjitas by Dani Castro», la primera vez fueron poleras manga corta, petos y manga larga, 50 o 40 poleras, esa es la gracia. Soy súper matea. Me acuerdo que cosía y decía ‘¿cuánto me demoro en una polera?’. Al principio eran cinco horas, después tres, y me pongo un límite. Me gusta lo bordado, todo lo hecho a mano y que tenga mi sello que son las transparencias, las cosas medias sueltas y un estilo hippie más bohemio.
¿En qué te inspiraste para realizar esa colección?
En los collares mapuches, siempre me han gustado las cosas étnicas, la gracia era tener un bordado como una especie de collar en el cuello de las poleras, con telas ligeras.
¿Tienes ganas de volver a escribir en un blog?
Sí, me encantó, pero es pega, porque tiene que quedar bien redactado. Estoy trabajando en cosas que tengan que ver con ese estilo, pasar más allá de mi Instagram y Twitter, mostrar lo que hago; me encantaría tener un blog que involucre todo, estoy trabajando en eso, pero las cosas me gustan bien hechas, así que piano, piano, con calma.

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Pasión por la cocina
Dijiste que la cocina es una expresión de arte, ¿por qué?
Estando en «MasterChef» me di cuenta que cocinar es lo mismo que pintar un cuadro. Uno está creando constantemente, no hay límites, no hay reglas, sí mucha intuición, color, sabor, aromas. Hay percepciones y sentidos. La gastronomía es un arte.
¿Cómo ha sido tu experiencia en el programa «Manos a la obra»?
Increíble, difícil al principio, porque soy un poco parlanchina, me ha costado el manejo de los tiempos, hablar lo preciso. Ahora soy animadora, porque cuando uno es invitado hace lo que quiere, pero cuando llevas el mando tienes que tener claro para dónde va la cosa. Me costó mucho modular, respiro pésimo y quedo ronca muy rápido; para lo poco que lleva el programa ha funcionado muy bien, estoy muy contenta.
¿Tienes otros proyectos?
Espero poder participar en «MasterChef», me gustaría mucho, encuentro entretenido que haya alguien que vivió la experiencia, porque sabes por lo que están pasando, los nervios que va a sentir el otro grupo cuando estén con una caja misteriosa. Creo que ahora tengo mayor conocimiento gastronómico y mejor manejo televisivo. No he parado de estudiar, siempre he dicho, no soy chef, solamente gané un programa de televisión y tengo mucho que aprender. También estoy escribiendo tips de recetas gastronómicas en 150 caracteres. ¡Si la gente los quiere recibir tiene que enviar un mensaje de texto con la palabra DANI al 8877! (ríe). Además estamos trabajando en un libro –que espero salga a fines de julio– donde aparte de mis recetas está el paso por el programa y fotos inéditas, está cómo viví el proceso, es súper entretenido, así que cómprenlo.
¿Te sientes plena?
Desde que decidí congelar Arquitectura he sido feliz, porque estoy haciendo lo que me gusta, eso me hace dormir tranquila, despertarme con ánimo y trabajar feliz.

LLAMADO
«Lo entretenido es que me relacionan con la cocina, la gastronomía, la decoración y la moda, porque soy multifacética. A las marcas les gusta mi Instagram, porque no sólo tengo mis fotos, sino que hay diversidad».

 

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