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Luz Valdivieso: Sin temor al cambio

Es una de las actrices más exitosas y talentosas, plataforma que ha usado para instalar los temas que de verdad le importan: está a favor del matrimonio homosexual, considera injustificado el aumento de las cesáreas, y le impresiona la cantidad de maltrato hacia la mujer.

 

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Por Carolina Palma Fuentealba. Fotografías: Gonzalo Muñoz.

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La vemos actualmente en la nocturna «No abras la puerta», de TVN, donde interpreta su primer protagónico: una rubia «Isabel Tobar», terapeuta que fue maltratada por su marido y ahora ayuda a otras mujeres que pasan por esta situación. Un tema que la ha hecho comprender la importancia de la infancia en la vida de todos. En el mismo espacio, Luz Valdivieso (37) trabaja con su marido, el actor Marcial Tagle, padre de María de los Rayos (6) y Marcial (3 años).

¿Si ha sido un problema trabajar juntos de nuevo? Para nada. «Ahora en las noches vemos la teleserie con Marcial. Es que nos acomoda el horario, porque los niños ya están acostados, y nosotros nos instalamos en la sala estar, me tomo una copa de vino, estudio y veo la teleserie. Muy rico», detalla.

Termina las grabaciones en diciembre, y ya tiene planes de viajar en familia por un tiempo. «Lo paso súper bien trabajando. No colapso ni me estreso, pero igual cuando estás en un rol protagónico estás en un ritmo que no puedes soltar. Tengo muchas ganas de quedarme en la cama con los niños, regalonearnos». Es que Luz es madre 100%, y después de pasar por terribles capítulos en su vida, relacionados con una antigua adicción de su marido al alcohol y las drogas, ya se siente tranquila y simplemente disfruta. Es más, aunque para algunas mujeres cumplir 40 años es un gran tema, ella ni lo analiza. «De la boca para afuera digo ‘qué horrible’, pero realmente no. Me siento bien con mi vida, con lo que hago… Regio».

 

«LOS HOMBRES NOS MALTRATAN MUCHo»
En estos meses que has personificado a «Isabel Tobar», una mujer maltratada por su pareja, ¿hay algún aspecto que te haya llamado la atención de este tema?

Hay mucho maltrato en Chile; los hombres nos maltratan mucho, desde insultos o no tomar en cuenta nuestra opinión, que se relaciona con el machismo. Un punto que me llama la atención es el doble vínculo, es decir, como uno aprende lo que es el amor, es lo que espera recibir. En el fondo, es importante la forma de educar a los niños. Si una madre quiere a su hija, la ama, pero por otro lado le pega, le tira el pelo, le grita, esa niña crece pensando que el amor tiene esas dos caras: que te quieren, pero que también te insultan y te pegan. ¿Cómo le digo a mi hija que no esté con ese hombre porque la trata mal, si yo la crié así?

Está en nuestra manos protegernos, entonces. En todas las clases sociales.
Se da en todas las clases, y la única diferencia es que es a puertas más cerradas, pero te diría que es lo mismo. Incluso peor, porque es más difícil pedir ayuda.

Interpretas a una terapeuta, y has comentado que tu segunda profesión debería haber sido sicologa…
Bueno, estudié dos años Sicología. Personalmente me gusta mucho entender cómo funciona el cerebro, la neurosicología. Entender nuestra conductas me encanta.

Muchos comentan que los actores son locos, intensos. ¿Es tan así?
Hay de todo en todos lados. En una oficina uno se encuentra con enfermos de la cabeza también. Con los actores pasa que somos más públicos, entonces cada escándalo, cada infidelidad, aparece en el diario. Si uno agarrara una oficina y sacara a la luz todo, ¡saldrían mil cosas!

¿Te has hecho terapias?
He tenido momentos, sí. No largas terapias, pero sí he buscado ayuda. La primera que me hice fue una desensibilización progresiva por una fobia, que fue cognitiva conductual. Tenía fobia a las polillas, y no quería buscar por qué me pasaba, sólo quería sacarla de mi vida. Igual lo debo manejar, porque las polillas están en una temporada no más, en el invierno se me olvida que existen y luego debo hacer el trabajo de desensibilización. En general no me gustan los bichos, y no podría dormir con un grillo metido en la pieza.

 

 

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«ME PREOCUPA LA POCA HUMANIZACIÓN DEL PARTO»»
Estás a favor del parto natural e incluso participaste en la campaña «INNecesarias». ¿Qué te motivó a apoyar esta causa?
Más bien me preocupa la poca humanización del parto. Sólo busco respetar los fundamentos básicos que viene promulgando la Organización Mundial de la Salud desde 1987, que son la libertad de movimiento, hacerte acompañar por quien quieras, parir en la posición que quieras, no rasurar, no realizar procedimientos preventivos sino sólo si son necesarios. Recomendaciones que hacen que el parto le pertenezca más a la mujer que a los médicos.

Con tu primera hija fue un parto humanizado…
Sí, un parto muy mío. Tenía una dula, mi médico no me apuró, estuvo toda la noche conmigo, sin tiempo establecido ni monitoreo constante. Son muchas las variables que hacen que el parto sea como ir a sacarse el apéndice. Como te meten mano tantas veces, te inyectan suero por si acaso, te ponen una bata abierta por atrás y tú quieres caminar, obviamente que estarás incómoda. La idea es hacer que el parto sea una experiencia rica, gratificante, plena para la mujer.

¿Fue diferente el parto de tu hijo Marcial?
En el segundo me fui al chancho y no me puse ni anestesia. Lo bueno es que se siente dolor, pero luego se olvida. Tuve mis dos partos en esas salas que se llaman de apego donde, por ejemplo, se controla la luz. La mayoría de los mamíferos paren de noche, entonces si te ponen una luz tremenda influye en tus hormonas, en tus sensaciones, en la calidad. Nosotros pusimos velitas, música. De verdad quería lograr que fuera una linda experiencia, y Marcial pensaba igual que yo. Es bien distinto a partir a ‘poto pelao’, con la luz encima, después de que te han hecho tacto diez personas que te preguntan cuánto has dilatado, cuánto te duele…

¿Crees que el tipo de parto influye en los niños a futuro, por ejemplo?
Un parto violento, con fórceps, debe dejar huella en una guagua. Ahora, una mamá que no puede hacer apego después del parto, puede recuperarlo después, no es tan irreversible. Hoy la mujer tiene cesárea sin siquiera ser necesaria, por eso participé en la campaña INNecesarias. Pero no es demonizar la cesárea tampoco, porque en algunos casos salva la vida de la madre y los niños.

¿Qué tan importante es el apego?
Una vez estuve un taller de una dula mexicana, donde contaba cómo recuperar un nacimiento traumático. Por ejemplo, contó el caso de una mujer que se desmayó, que fue cesárea, y le entregaron a su guagua después de varias horas, y ya venía vestida. Ahí la matrona empiluchó a la guagua y a ella para hacer apego prioritario de nuevo, aunque hayan pasado dos días. La guagua empezó a tomar leche y recuperar el tiempo perdido. Es un consejo maravilloso para una persona que quería un parto humanizado y no pudo. El pecho de la mamá es lo más calentito que hay, y no se va a resfriar. Lo mejor es dejarlos solos para que se miren, se huelan, se sientan.

 

«NO SOY UNA ESCLAVA DE LA MODA»
Eres el nuevo rostro de una multitienda. ¿Te sientes valorada como personaje público?
Sí, me pasa que me siento orgullosa. Fue una valoración de mí como actriz y como persona. Ha sido un cariñito igual que sientan que les gusta lo que proyecto, que caigo bien…

¿Qué te parecen las críticas de otros actores que están en contra de relacionarse con marcas?
Uno trabaja en televisión y es parte del mercado. Si trabajas en el canal de Luksic, y criticas que alguien salga como rostro de Falabella o Ripley, me parece bastante incongruente. Me parece que está súper bien que haya gente que no le guste hacer publicidad porque va contra sus principios. Si no les interesa me parece la raja. No hago teatro, ni cine, no escribo guiones, entonces no tiene nada de incongruente hacer publicidad si trabajo en televisión, en un canal que vive del rating. Finalmente, son las mismas empresas que hacen que se pueda hacer una producción. Si fuera directora de la ópera tampoco haría publicidad, pero estoy en televisión. No me llenaré la boca diciendo que soy artista si en realidad no lo soy.

¿Cómo describes tu relación con la moda?
Me gusta, pero no me desvivo por la moda. Siempre es un tema cuando debo ir a un evento ultra elegante, porque nunca sé qué ponerme. De hecho a veces no voy por lo mismo (ríe). Es heavy económicamente también ponerte un vestido que no te puedes poner otra vez porque te sacaron fotos para las revistas. Lo encuentro ridículo.

¿Cuál es tu estilo?
Me gusta la ropa que me acomoda, que me hace sentir segura de mí misma. Me quiero ver bien, pero no soy una esclava de la moda. Soy sencilla, aunque igual me gusta tener prendas estilosas, con colores, distintas. En Chile pasa algo súper bueno: existe la moda democrática, a bajo precio, de temporada. Ahora vas a lugares donde encuentras cosas taquilleras y a precios bajos. Me gusta comprarme ropa barata. Aunque a veces me doy el gusto en zapatos y carteras.

En ese sentido, ¿cuál es el mayor plus de las chilenas?
No andamos diciendo «mira esta blusa, te mueres lo que me costó, carísima». Al contrario, alguien te dice «qué linda tu camisa» y uno dice «te morí lo que me costó, cinco lucas». Eso es lo más bacán para mi gusto, y encuentro total democratizar la moda. Que la que gasta diez mil pesos en vestirse se ve igual de bien que la que gastó doscientas lucas.

Como muchas, ¿comenzaste a gastar más dinero en cremas?
¡Terrible! Es que ahora uno se mira en HD y está llena de arrugas. Hace poco me compré una maquinita que venden para la casa, y es para hacerse algo como un peeling. A veces ando con la cara toda irritada (ríe). La verdad es que gasto más plata en cremas que en ropa. Es que creo que el rostro es muy importante en televisión, porque refleja sanidad, belleza.

¿Qué haces para mantenerte bien físicamente?
Voy al spa de SportLife, que antes se llamaba Femme, hace más de seis años. Ahora no me estoy haciendo un tratamiento estético, pero me realizan masajes en la espalda. Me regaloneo los sábados en la mañana, me escapo. Otra cosa que hago para cuidarme es la plataforma vibratoria, Power Plate, en Equilibra. La gracia es que dura media hora y me queda al lado de la casa, entonces voy y vuelvo rápido. No me implica mucho tiempo. Antes corría y todo, pero ahora no tengo tiempo para eso.

Estás rubia de nuevo. ¿Te gustas cuando te ves al espejo?
¡Me gusta! ¡Atroz! Es que me pasa que en la vida no me gusta, porque mucha ropa no me combina con el color (ríe). Además se ve más naranjo en persona, pero en la tele encuentro que me veo súper bien rubia (ríe). ¡Me encanta!

¿Y qué piensas hacer más adelante con tu look?
Tengo que neutralizarme y quedar limpia para los roles que vienen. Igual me gusta cambiar de look. Ahora lo que más quisiera es tener el pelo oscuro y largo, porque llevo mucho tiempo igual. Me entretiene cambiar y te juro que no le tengo nada de miedo al cambio.

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