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Gloria Trevi se confiesa: “A mí la justicia me debe, yo no le debo a la justicia”

La cantante, compositora, conductora de televisión, actriz e ilustradora azteca vino a nuestro país para presentarse en el programa que celebró los 50 años de “Sábados Gigantes”, aprovechó de promocionar sus últimos discos y hablar con la prensa, en un apronte de lo que será su participación como jurado en el próximo Festival de la Canción de Viña del Mar. Esta es la mujer que ha vivido 10 vidas desde su último show sobre la Quinta Vergara.

Por Pilar Huilcaleo Mateluna.

Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz, conocida en el mundo del espectáculo como Gloria Trevi, basta con que se siente ante nosotros para descubrir que bajo su profesional e impecable producción estilística palpita una mujer que no evidencia 44 años, y sus 10 vidas vividas en cada uno de ellos. Delgada, de figura estupenda, parece muñeca; piel lisa y sonrisa radiante, suelta la carcajada a la menor provocación. Pareciera que sigue siendo una chiquilla, pero al poco andar muestra sus heridas, reconoce sus tropiezos y se defiende.

Su voz ronca ayuda a que nuestro flashback sea aún más intenso. ¿Cómo no recordarla sobre el escenario de la Quinta Vergara, cuando aún era una joven greñuda y provocativa que espantaba con sus contorneos y cantos a pelo suelto? Desde allí en adelante la Trevi se alzó rápido como una revelación pop de la época, y así también cayó hondo, muy hondo, luego de ser acusada junto a su mánager de abuso de menores, litigio que la retuvo en una cárcel en Brasil a la espera de que en su país fuera posible un juicio justo. Entre rejas tuvo a su primer hijo, Ángel Gabriel, un colorín que hoy está cerca de los 10 años. Tres años después pudo ser extraditada y quedó libre de toda acusación recién el 2004. Desde esa época hasta ahora revivió una carrera que nadie apostó que pudiera sobrevivir al escándalo y al manto de duda que pesaba sobre ella. «Y todos me miran» fue el éxito que confirmó que esta mujer era dura de matar.

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Su fortaleza no es un cliché. Cada cierto tiempo algo duro llega y la golpea pero ella, aparentemente fogueada, gambetea la incertidumbre y el miedo, y sigue. Al accidente que sufrió tras bajar de un avión y que hizo que le reconstruyeran parte de su dentadura, se sumó el plagio de su marido el año pasado. Sólo hace un mes liberaron a su mamá por la acusación de fraude al Fisco, cargos que también fueron desestimados por la justicia. Gloria, en tanto, sigue firme sobre el escenario y busca volver al punto cero, ese que nosotras vimos en primera fila sobre el escenario de Viña del Mar 1993 y que se reeditará en la edición 2012.

Hace muchos años que no venías a nuestro país. ¿Cómo te sientes sellando este regreso sobre el escenario de la Quinta Vergara?
La primera vez fue un sueño hecho realidad. Cuando era niña me imaginaba siendo artista y cantando en Viña del Mar… Para mí separó aguas en mi vida, ¿saben? Siento que fue lo último grande que hice antes de pasar por muchas situaciones complejas. Tras esa presentación hubo muchas cosas que en mi vida se truncaron, entonces, siento que mi regreso es como volver a retomar desde ahí; creo que será un momento especial en el universo, algo pasará, lo sé. Por eso me emociona…, ya lo planeo, imagino qué voy a hacer… Y voy a tratar de venir antes, para un adelanto.

¿Qué ha cambiado en ti desde esa época, y qué sigue igual?
Siempre he sido un libro abierto, musicalmente hablando. En mis canciones está todo lo que soy, la Trevi loca, la de «El pelo suelo», la de «Doctor psiquiatra»… Luego también conocieron la dolorosa, la de «El recuento de los daños», de «Si me llevas contigo»…, la que se cortaba las venas y que sufrió bastante. Después vino la orgullosa, la de «Y todos me miran», la de «Me río de ti». En el fondo todas ellas son yo misma, hoy puedo cantar «Con los ojos cerrados» con la misma intensidad de esos años, porque sé lo que es amar así…

¡Así de jugada!

Bueno, ahora la canto, pero también digo, ¡pruébamelo!

Algo que te caracterizó siempre, en las diferentes etapas, es la rebeldía, incluso en una época en que las mujeres no eran tan atrevidas. ¿Siempre fuiste conciente de tu valentía?
No sé si soy valiente o imprudente… Sinceramente no sentía que a los 21 años pudiera escandalizar a la hora de asegurar que lo más importante de una mujer es lo que lleva dentro y no su virginidad; nunca pensé que eso fuera escandaloso, creía incluso que era poético, lindo decirlo. Más que rebelde soy una idealista, una soñadora, y no lo puedo evitar; entonces, si veo algo injusto a algún nivel lo digo, pero nunca queriendo ofender, sino defendiendo al que está sufriendo el ataque.

Hiciste canciones contra los abusos del clero, opinaste de política, incluso algunas se convirtieron en un emblema del mundo gay…
«Todos me miran» es una canción universal, que muchísima gente de la comunidad gay la tomó como propia, que cuando la escribí quise que un hombre joven partiera llorando a los pies de su padre, pero también quise que estuviera la historia paralela de una mujer que estuviera llorando a los pies de su esposo. O sea, dos seres que sufren en manos de quienes deberían protegerlos y amarlos. Entonces, no lo hago por atacar al opresor, sino por defender al oprimido.

¡De todos modos fue claro y reivindicador!
Mucha gente me criticó, me dijeron «el público te va a encerrar y dirán que eres cantante de gay», queriendo decir que el público general iba a dejar de quererme. Lo mencionaron personas que saben mucho de música, gente del medio… Les respondí «si hay un público que me va a dar la espalda porque va a tener miedo porque soy gay, o porque escribo para personas gay, es mejor que esa gente no vaya a mi show, porque no lo va a entender». En mi show les hablo a todos: niños, pobres, ricos, a las bandas y las Dragqueen. Lo bueno es que esas personas que tanto sabían se equivocaron, porque al macho re macho y a la reina Drag los puedes ver cantando y bailando en mis conciertos.

¿Te arrepientes de alguna de tus osadías?
No me arrepiento, pero sí creo que cuando se suscitó el problema (cuando estuvo en la cárcel) el haber hecho y dicho todo lo que dije hizo que un sector de la sociedad me señalara y comenzara a decir «¿ven lo que le sucede a las niñas que se portan mal?». Me convertí en el ejemplo de lo que puedes recibir si te enfrentas a los grandes o a los poderosos. Entonces, en vez de recibir ayuda o apoyo, sólo escuchaba «mira lo que pasa por ser así»… Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, tienen que tragarse sus palabras, ¿no?

Cobraron un alto precio, ¿fue difícil?
En medio de la tempestad me costó más tiempo de lucha, porque ellos querían que me doblara. Me dije «estoy aquí sin haberle hecho mal a nadie, y para salir no le voy a hacer daño a nadie»… Quería salir con la conciencia tranquila. Eso determinó que todo el proceso fuera aún más largo, pero estoy tranquila, porque no había otro modo; valió la pena, ahora estoy bien, muy bien.

Te has enfrentado a tiempos difíciles uno tras otro. El año pasado tu marido fue secuestrado, hace unos días tu mamá fue liberada tras estar en la cárcel acusada injustamente de evasión tributaria. ¿Cómo te enfrentas a esto?
¡Ah! Es que hay mucho ahí. Por ejemplo lo de mi mamá… Ella era la única persona que nadie podía impedir que luchara por mí en los momentos difíciles. Salía en la prensa y decía «mi hija es inocente, y lo vamos a demostrar, miren las mentiras y contradicciones…, dénse cuenta de lo que está pasando». Cuando estaba conmigo, apoyándome, de pronto los abogados le llaman y le dicen «señora, no vuelva a México porque tiene una orden de detención por evasión fiscal», siendo que mi mamá no había cometido ese delito… Entonces, hay un «error de la justicia», «mano negra» o como le quieran llamar. Ahora, sé que todo lo que hace Dios es para mi bien.

Fuiste detenida por la Interpol al entrar a nuestro país…
Me dijeron casi que me iban a deportar porque aseguraban que tenía antecedentes penales. Yo les dije «disculpe oficial, pero no tengo ningún antecedente penal; a mí la justicia me debe, yo no le debo a la justicia ni le he pagado a la justicia, porque no tengo por qué pagar». Gracias a Dios se aclaró todo. Pero, digamos que fue un «error» tan grande de Interpol «justo» en el momento en que tengo una demanda contra TVAzteca en Estados Unidos y que hemos ganado algunas de las instancias para que ellos tengan que presentarse en la Corte…

¡¿Qué pasó?!
… No estoy actuando por venganza ni por atacar; lo que pasa es que después de tres años vuelven a decir cosas de mí del tipo «¿recuerdan lo que ella hizo?», cuando hay un juicio donde yo salí absuelta. Ellos no pueden pasar por sobre la autoridad y menos ahora, cuando a quienes más daño les hacen es a mis hijos, niños de 6 y 9 años.

La hija vikinga de Dios


¿Qué te mantiene fuerte ante las adversidades?
Saco mis fuerzas de mi creencia en Dios. Ni siquiera les aventaría nada a la cabeza a aquellos que me hostigan. Créanme, a mí me gustaría que Dios tocara el corazón de esas personas, porque creo que un día los espíritus de todos nosotros llegarán al nivel que debemos tener y vamos a formar parte de un mismo ser, vamos a unirnos, amarnos… Por eso debemos perdonarnos. Un día ustedes y yo estaremos profundamente unidos… Nada más que ante las agresiones no puedo dejar que me hagan daño.

¿A qué Dios le rezas?
Yo soy católica, fue la religión que me tocó por familia, pero creo que las religiones nos dividen y que Dios nos une, entonces, aunque mi forma de adorar a Dios es de la manera católica, yendo a misa, con el rosario, la virgencita de Guadalupe y todo eso, respeto y escucho todo tipo de religiones. Cuando alguien llega y me dice «mira, te quiero hablar de Dios», le digo «¡háblame, qué padre!». Y recibo la bendición de budistas, musulmanes, judíos, porque para mí hay un solo Dios.

¿Qué pides?
Le pido muchísimo a Dios que me abra los ojos y me ayude a mandar buenos mensajes, a decir cosas buenas, incluso cuando doy una entrevista, todo el tiempo. Sé que soy una hija medio vikinga, porque tengo mi manera de ver las cosas, de hablar… Por ejemplo a veces digo palabrotas, pero en mi convicción sé que no estoy diciendo maldiciones, ¿no? Si digo «¡ey pinches cabrones!», no estoy maldiciendo a nadie, sino incluso a veces logro que se rían un rato. Nunca digo algo así como «ojalá que se muera, que se enferme», porque para mí eso es aún más grave que decir una palabrota.

Como hija vikinga a sus cuarentaytantos….
Espérame hermanita… ¡Tengo 21 años…, en cada pierna! (Risas)

Bueno, veinte en cada patita. ¿Qué peleas te falta dar?
Aun tengo muchas cosas que decir, ya estoy trabajando en lo que puede ser el próximo disco… Ahí pongo todo lo mío.

¿Siendo mamá tienes mucho desafío?
¡Sin duda! Tengo un hijo que tiene 10 años, pero creo que ya entró a la adolescencia desde los 7. Tiene ya dos años de novio…

¿Eres celosa de la niña?
La verdad es que mi hijo tiene muy buen gusto, además la niña es un amor.

¿Cómo pololean los niños de 10 años?
Fue muy chistosa su historia. Él tenía otra novia (carcajadas), muy linda, muy linda… Pero esta otra niña lo conoce y se flecha, se le declara. Mi hijo le dijo que no, porque ya tenía otra novia, pero la niña le hizo cosquillas y entonces él terminó con la otra novia y le dijo «terminé con la otra, por si quieres». Ahí empezaron a andar.

¿Te toca aconsejarlo en esos temas?
En las vacaciones pasadas –porque nada más se ven en las vacaciones– ella lo cortó cuando cumplían un año de novios. Mi niño lloraba y yo pensaba «¡qué lindo que tenga la confianza de contarme!». Con lágrimas me decía «¿por qué todos se meten, por qué dicen que somos muy chicos para estar de novios?». Le dije «mira mi amor, tú eres hombre y tienes dos opciones: o te la sacas del corazón y conoces a otra, porque hay millones de niñas en el mundo y nunca debes perder tu vida y tu razón por alguien que no quiere estar contigo… ¡O la perreas! Porque eres hombre, trata de convencerla…» ¡Y lo logró! Ella también estaba sufriendo. Sin embargo, ¡estos novios no se dan una llamada en meses!

¿A qué edad diste tu primer beso?
Mi primer beso lo di grande, a los 16 años. ¡Al novio le costó como un año besarme!, porque me daba miedo. Lo que pasa es que no fui muy buena estudiante, el libro de Biología lo miraba poco porque tenía figuras desnudas y mis compañeros molestaban diciendo «estás mirando a los hombres desnudos», y cerraba el libro. Entonces no tenía idea de nada, y tenía miedo a besar porque había leído que por la boca podía entrar un espermio y llegar hasta mi barriga y embarazarme…

¡Pero cómo!
Me tranquilicé cuando una amiga me dijo que me quedara tranquila. Que si eso sucedía, los ácidos gástricos del estómago matarían a los espermios (ríe a carcajadas).

Teniendo en cada patita 21 años, ¿cómo afrontas el paso del tiempo? ¿Eres vanidosa?
No sé si vanidosa, pero sí muy preocupada, ¡me encanta! Y me gusta verme linda y todo eso.

¿Eres de Bótox, cirugías y demases?
Después del accidente que sufrí, cuando tuve que rehacerme la zona de la mandíbula, creo que ya quedé lista (ríe). Lo que sí me pasa es que soy muy intensa, y en el escenario más aún… Entonces debo gesticular, debo expresar con mi rostro, creo que el espíritu debe expresarse, y eso es bello en las mujeres también. Y si a partir de eso vienen arrugas, así será, ¿no?

¿Piensas envejecer en el escenario?
No quiero morir sobre el escenario… Quiero morir en una cama muy acolchonadita como la abuelita del Titanic, después de haber montado a caballo, piloteado aviones, comprarme mi boleto y viajar al espacio… Quiero vivirlo todo, todo, todo, y seguir cantando, pero así como Barbara Streisand, un gran show y nada más. ¡Así que gócenme ahora que me tienen!

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