Por Gabriella Nava
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¿Han visto esas galerías de fotos en Facebook de padres e hijas pequeñas teniendo un cita en donde bailan, toman el té y cenan a la luz de las velas? Confieso que más de una ocasión las vi adorables, tal vez porque personalmente la idea de una relación sana y constructiva, en donde el papá se preocupa por las necesidades afectivas de su hija me parecía magnífica, incluso revolucionaria.
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Pero, ¡oh sorpresa! no fui muy observadora con aquellas lindas imágenes. Un vestido elegante, un ramo de rosas, el papá abriendo la puerta del auto. Toda mi idealizada perspectiva cambió después de leer los artículos que dan consejos e ideas para tener una «Daddy-Daughter Date» perfecta, o que incluso los padres pueden hacer reservaciones en línea para llevar a su hija a cenar.

Estas páginas ofrecen paquetes para una «noche especial de padre e hija», incluyen una cena a la luz de las velas, un baile, una foto y una bolsa de regalo.
Un sitio señaló que, en una de las citas, el padre «le abrió puertas, arrimó sillas y llenó de halagos a la pequeña sobre su belleza externa e interna». También le hizo una petición: «No quiero que esperes nada menos que esto de un chico con el que salgas».
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Aquí algunos de los consejos e ideas que también podemos encontrar en páginas de internet para aquellos padres que quieran tener una cita con su hija:
«Una vez al mes tengan una cena elegante en su habitación. Un día lleva una cajita feliz del McDonalds a la casa, y pídele que se ponga su vestido más bonito. Acondiciona su habitación de tal manera que los dos tengan una linda cena y pregúntale sobre su día o sobre las cosas que le gustan hacer».
¿De verdad? ¿»pídele» que se ponga el vestido más bonito? ¿No les parece un tanto raro esta petición? ¿Algo así como un hombre diciéndole cómo vestirse a su pareja? ¿Por qué no decirle que se ponga lo que a ella le plazca?
Otra un poco más espeluznante es la siguiente:
«Si ella ya es un poco más grande hablen de chicos. Las niñas comienzan a interesarse en los chicos aproximadamente a los 10 años de edad. Bríndale la confianza de que te platique quién se le hace el más guapo del salón, si alguien le gusta o si le ha escrito una carta. Es posible que ella no te responda con toda sinceridad, pero así irás creando confianza para el día en que ella necesite un consejo.
Probablemente esto haga que te den un poco de celos, pero es parte de la vida».
Ok… ¿»Celos»? Prácticamente refuerzan la idea de que las hijas son propiedad de los padres hasta que encuentren pareja, además ¿de dónde sacan la idea de que a las niñas nos interesan los chicos desde los cortos 10 años?