Por Andrea Sánchez
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Si le preguntaran a los críticos, ¿quién fue la gran ganadora de los Grammy? La respuesta es sencilla. Beyoncé, con su avanzado embarazo, su actuación espectacular, su pequeña hija rindiéndole tributo a Prince y el poderoso discurso que dio, hicieron de esta noche, una de la más memorables en la historia de su carrera.
La cantante recibió el premio a mejor álbum contemporáneo por ‘Lemonade’, al subir al escenario, agradeció a su esposo, a su hija y al público por el apoyo. Dijo que la intención de ese álbum fue darle voz al dolor, oscuridad que también es parte de la historia.
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El momento cumbre llegó cuando dijo: «Es importante para mí mostrar imágenes a mis hijos que reflejan su belleza, para que puedan crecer en un mundo donde se miren al espejo, primero a través de sus propias familias, así como las noticias, en el Super Bowl, los Juegos Olímpicos, en la Cada Blanca y en los Grammys, y se vean así mismos y no tengan duda de que son hermosos, inteligentes y capaces. Esto es algo que quiero para cada niño, de cada raza, y siento que es vital que aprendamos del pasado y reconozcamos nuestras tendencias a repetir nuestros errores».