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¿Cuál es su problema porque Lady Gaga tenga cuerpo de mujer?

Qué linda la famosa sin maquillaje pero qué horror lo que la naturaleza nos da.

Por: Luz Lancheros

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Aunque performativamente Lady Gaga pueda parecer un androide, un hombre o lo que ella quiera en realidad, en el Súper Bowl más de uno se horrorizó con lo que parece ser uno de sus rasgos más «humanos»: su cuerpo de mujer. Porque sí, Lady Gaga tiene abdomen. Uno que puede llegar a tener tanto volumen como el de cualquier persona de su género y que está hecho para, biológicamente, acumular reservas calóricas y para en últimas ser madre.

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He ahí otra contradicción de nuestros tiempos: adoramos que gente como Ashley Graham muestre sus curvas, porque son «naturales». Amamos a gente como Cara Delevingne o a Kristen Stewart por «naturales y espontáneas». Adoramos a cualquier famosa que se muestra sin maquillaje, porque «es natural». Y se suele ver en las apreciaciones generales, que una mujer «con mucho maquillaje» es digna de rechazo.

Pero es que hasta Alicia Keys, quien decidió no usar maquillaje, usa productos para precisamente mostrarse tal y como es.

 

 

Entonces, ¿dónde queda su obsesión por lo «natural», cuando es un constructo y una imagen creada dentro de sus cánones de perfección? Y ¿cómo puede sostenerse al ver que cuando hay algo realmente biológico y más allá de algo producido, se suele interpretar con un gesto de desdén? 

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Si bien a las famosas se les exige tener una apariencia comercial, hecha para que muchos quieran adorarlas y seguirlas, ya no estamos en los años 40, donde ellas eran meramente productos del estudio y del público y, donde además, sus cambios de apariencia podían someterlas a la desgracia (como pasó con el peinado de Verónica Lake, por ejemplo). No: supuestamente estamos en la época donde es celebrado que ellas muestren estrías, arrugas y sus posts de Instagram donde se les ve recién levantadas tienen miles de likes. Entonces, ¿cuál es el problema con el abdomen de Lady Gaga? ¿Que está «muy gorda» para un evento así? ¿Pero quién determina eso? ¿Los que la criticaron comiéndose un costal de papas fritas con salsa sentados en su sofá y que ni siquiera salen a caminar porque «hace mucho frío»? 

 

 

Otro colmo de la ironía es que Lady Gaga sea el modelo y la inspiración de mucha gente que ha sido oprimida por ser como es (generalmente gay) en su lugar de origen. Y que ella les haya dado cobijo en su discurso, para que en esa misma línea, algunos de sus indirectos protegidos la critiquen por no tener el cuerpo que los inspira. Porque está bien apadrinar a los diferentes, pero está mal si llegas a tener un poco de esa «normalidad» corporal, porque eso sí es «malo». Y a estas personas se les olvida que tanto a la gente de la comunidad LGBT como a la gente con sobrepeso la discriminan por ser como es. Entonces, ¿cuál es el sentido de denigrar algo tan común, cuando también ser gay, bisexual o pintarse el pelo de verde también lo es? 

Lady Gaga, al igual que Madonna (quien luchó mucho para hacer lo que se le diera la gana), ya ha trazado un camino con su cuerpo y su look para ser quien es con toda libertad y así, motivar a miles. Pero en su camino, como vemos, mostrarse como desea le sigue costando mucho, aún por detalles tan insignificantes como el tamaño de su cintura. Paradójicamente, cosas así siguen siendo los grilletes de muchas mujeres que ven en las miradas ajenas y en la suya propia, un motivo para ser esclavas de por vida de una vanidad y unos complejos que ni siquiera ellas mismas entienden.

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