Por Luz Lancheros
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Mucho, muchísimo antes de «Harry Potter» y «Animales Fantásticos y dónde encontrarlos», J.K. Rowling vivía su propio infierno.
En 1994, la autora estaba cercada por sus propios dementores. Hace cuatro años había fallecido su madre y había nacido el niño mago que cambiaría su vida. Pero un año antes estaba divorciada y tenía a una hija por quien velar, Jessica.