De ser reyes del mundo y ostentarlo desenfadadamente, casi con arrogancia, la familia Kardashian vio su mundo derrumbarse después del robo que sufrió Kim. De hecho, de la sobrexposición continua de todos sus regalos, fiestas, vestidos y lujos, pasaron a la absoluta discreción. Tanto así, que Kim no ha aparecido en mucho tiempo y Kendall cerró su cuenta de Instagram.
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