Por Andrea Sánchez
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Michelle Obama es una mujer poderosa. No sólo por ser la esposa del hombre que asumió la presidencia del país más poderoso del mundo por ocho años, si no porque a través de sus acciones conquistó a la sociedad norteamericana.
Es la tercera ocasión en la que Michelle posa para el lente de Annie Leibovitz, la primera fue en el 2009 cuando recién asumía su cargo como Primera Dama; la segunda fue 2013 y la tercera este diciembre cuando dejarán la presidencia y vuelven a su vida normal.
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Michelle reaparece más guapa que nunca, su estilo, que se modificó a lo largo de los ocho años, terminó con una hermosa portada en la que aparece con un maquillaje natural y un vestido de la diseñadora Carolina Herrera, reflejo de la transformación de su imagen. Michelle no se reduce a vestidos o moda, su labor el pro de los derechos de las niñas, la lucha contra la obesidad y el empoderamiento femenino, forman parte de su legado.
En una plática íntima, Michelle señala «Me podría haber pasado ocho años sin hacer nada, y en un nivel, que habría estado bien. Podría haberte concentrado en las flores. Me podría haber enfocado en la decoración. Podría haber centrado en el entretenimiento. Porque cualquier Primera Dama, legítimamente, llega a definir su papel. No hay autoridad legislativa; no eres elegida. Y ese es un maravilloso regalo de libertad».
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Michelle Obama, la primera dama que conquistó al mundo con su estilo
