Psic. Julio César Paredes*
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Todos tenemos preferencias, nos gusta tal o cual color, preferimos una marca de teléfono móvil más que otra y, naturalmente, también tenemos preferencia por algunos tipos de persona.
Cuando hablamos de pareja ideal nos referimos justo a eso: a una pareja que tiene todas las características que encontramos deseables. La pareja ideal es una idea la cual soñamos, anhelamos, deseamos y, en algunos casos, llegamos a perseguir. En muchas ocasiones este deseo intenso por encontrar a una persona que llene todos los requisitos de este ser irreal se vuelve un verdadero obstáculo para hallar una pareja con la cual podamos compartir nuestra vida.
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Pero, ¿de dónde viene la idea de una pareja ideal? En muchas ocasiones la pareja ideal la construimos de tal manera que pensamos que de existir esa persona seríamos los más felices del mundo y lo seríamos porque esa pareja va a llenar todos los vacíos o fallas que sintamos en nosotros. En otras palabras, la fantasía de una pareja ideal es reflejo de todas las carencias y defectos que sentimos en nosotros.
Esas carencias y defectos nos duelen y una de las soluciones para sanar ese dolor es soñar con una persona capaz de hacernos sentir sumamente especiales. En realidad, no hay ningún problema en desear esto en sí, el problema surge cuando no hay espacio para otra cosa que no sea esta pareja ideal, donde rechazamos a todos aquellos que no cumplan con nuestras exigencias. A lo mejor los defectos en el otro son mínimos, incluso pueden ser insignificantes, pero al no cumplir con este estándar de perfección que tiene nuestra idea de pareja ideal entonces sentimos que los demás deben ser desechados.
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Así nos encontramos en situaciones donde no importa cuántas veces uno declare su amor por alguien o no importa cuántas veces una persona intente establecer una relación íntima, nunca, nadie, sentimos que sea la persona correcta. El resultado de esto es una gran sensación de soledad y gracias a esta soledad soñamos aún más con la pareja ideal. Es un círculo vicioso.
¿Qué puedo hacer al respecto si me doy cuenta que estoy buscando a mi pareja ideal y se ha vuelto un obstáculo? La solución es sencilla y difícil a la vez. Únicamente hay que tener la audacia de aceptar a los otros por quienes son; es difícil porque eso implica aceptar que ni uno ni los otros son perfectos, todos tenemos defectos, todos sufrimos de alguna carencia o tenemos ciertas limitaciones. Sin embargo, no hay que perder de vista que son justamente esos ‘defectos’ los que le dan sabor y color a las personas.
Es un sueño tener a alguien perfecto, pero es más divertido compartir esta vida con una persona real a nuestro lado.
Julio César Paredes es integrante de la Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).