Una reciente investigación de la Universidad de Toronto demostró que abrazarse después de la actividad sexual es un elemento clave para cultivar la intimidad emocional y sexual de la pareja, pero sobre todo este gesto sería importante para las mujeres, quienes incrementarían su sensación de bienestar, relajo, cercanía y gratificación sexual.
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Este estudio implicó a 101 parejas, quienes llevaron un «diario de su vida sexual» por 21 días, evidenciando, que las parejas que se abrazaron post sexo, experimentaron mayores estados de equilibrio y satisfacción con respecto a su relación y la sexualidad.
El estudio descubrió que las mujeres en general y hombres (que eran padres de niños pequeños) eran los más enfáticos en esta necesidad de acurrucarse y acariciarse luego de tener relaciones sexuales. Los investigadores esperaban hallar esta respuesta femenina, sin embargo, se sorprendieron de esta necesidad masculina, la cual la relacionaron con el hecho de que al tener hijos pequeños era altamente probable que muchas caricias se les dirigieran a los pequeños y no a ellos, a la vez, la necesidades de mamá de los niños haría más difícil que ella estuviera disponible para la intimidad de pareja, por lo que tendrían mayor necesidad de cariño que el hombre promedio. Asimismo, explicaron que la gran mayoría de los hombres no dan tanta importancia al abrazo post-coito porque tras el sexo quedarían exhaustos con ganas de dormir y aprovechar el relajo post orgasmo, no consciente de los beneficios del abrazar a su pareja.
La terapeuta de pareja y sexóloga Constanza del Rosario, aconseja a los hombres de realizar este acto, «traten de no dormirse tan rápido y acurrúquense un ratito con su mujer, ella estará más feliz y satisfecha y por ende motivada a repetir la experiencia de intimidad erótica que vivieron».