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Lo que debes saber de la artritis reumatoide: un inesperado y doloroso mal

Aunque es una enfermedad que afecta a 1 por ciento de la población, siete de cada 10 personas que la padecen son mujeres en edad productiva.

La artritis reumatoide es una realidad para una gran cantidad de personas. Si bien no es una condición masiva, puede traer muchas limitantes a la vida de quienes la padecen. Esto, ya que es una enfermedad autoinmune, inflamatoria y crónica que afecta las articulaciones. Pero, además, tiene síntomas generales y puede comprometer órganos profundos.

Aunque generalmente no pone en riesgo la vida del paciente, puede deteriorar en extremo la calidad de esta, afectando su desempeño en las actividades cotidianas, laborales, siendo, incluso, causal de invalidez. Por ello, «lo más importante es el diagnóstico precoz para tratarla lo más tempranamente posible y así tener un mejor pronóstico a futuro», explicó la reumatóloga de la Clínica Ciudad del Mar, Lilith Stange.

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Si bien no se sabe cuál es la causa de esta enfermedad, si está claro que hay varios factores que inciden en su aparición, los cuales pueden ser genéticos y/o ambientales. Últimamente se ha visto que el tabaquismo y la mala salud dental, agravan el cuadro. Sin embargo, hay que tener claro que esta enfermedad se puede identificar a través de una serie de síntomas, los que pueden ser variados y generalizados. Por lo que debes consultar a un especialista, si presentas:

  1. Dolor articular en ambas manos y pies
  2. Rigidez generalizada, especialmente en las mañanas, que dure más de una hora
  3. Fatiga inexplicada
  4. Incapacidad para realizar actividades que normalmente se realizaban sin problemas, como por ejemplo: practicar deporte, realizar su trabajo habitual, labores de aseo, cargas de objetos pesados, entre otras

 

La doctora Stange puntualizó que «lo principal es tener una completa historia clínica de los síntomas, la que debe incluir enfermedades previas conocidas, además de un examen físico completo, ya que permite descubrir inflamación articular cuando esta es importante».

Sumado a lo anterior, se realizan exámenes de sangre, orina y radiografías para establecer la gravedad del cuadro clínico y escoger el tratamiento más apropiado (como un traje hecho a la medida). De esta manera, se descarta que se trate de una artritis reumatoide o de otra enfermedad con síntomas similares.

Es una enfermedad desconocida para la mayoría de las personas, ya que afecta a sólo un 1 por ciento de población. Sin embargo, 7 de cada 10 personas afectadas son mujeres en plena edad productiva (30- 50 años, aunque puede afectar a ambos sexos y a cualquier edad).

En los pacientes con artritis reumatoide confirmada, se consideran factores de mal pronóstico:

  1. Diagnóstico muy tardío
  2. Muchas articulaciones inflamadas al comienzo de la enfermedad
  3. Presencia de daño en las articulaciones en las radiografías al diagnosticar la artritis
  4. Bajo nivel socioeconómico o mala red de apoyo social
  5. Hábito de fumar

 

Siendo la artritis reumatoide una enfermedad crónica que afecta varios ámbitos de la vida de quien la padece, más allá de un tratamiento, se deben adaptar hábitos. Desde el momento del diagnóstico en adelante, se debe asumir que se portará una enfermedad crónica que requiere atención para siempre (tal y como si fuera, por ejemplo, una hipertensión arterial), que habrá períodos en los que se agudizarán los síntomas (crisis) y otros en los que se aminorarán (remisión).

Por eso es muy importante que las personas se hagan responsables de sus controles, tratamientos y favorezcan el autocuidado: si fumas, debes dejarlo; consulta a su médico si puedes beber alcohol de manera moderada; protege tus articulaciones; mantén una buena salud dental; y programa tu embarazo, si eres una mujer en edad fértil.

Además, deberás usar fármacos, según te indique tu médico, ya que estos cumplen distintos roles, como «frenar el dolor e inflamación de manera rápida» (antiinflamatorios esteroidales y/o no esteroidales), explicó Stange. «Actuan como drogas modificadoras de la enfermedad, como el metotrexato o la leflunomida, para evitar la progresión de la artritis reumatoide y el daño», añadió la reumatóloga.

Actualmente se cuenta con medicamentos de segunda línea llamados biológicos, que pretenden conseguir la remisión de la enfermedad cuando no se obtuvo respuesta con el tratamiento con fármacos modificadores de la enfermedad.

 

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