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Da Vinci, el robot de los quirófanos, al servicio de los ecuatorianos

Por Gabriela Vaca Jaramillo

El quirófano Nº5 del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) nos recibió para presenciar una de las cientos de cirugías que se realizan a diario en esta casa de salud pública con una tecnología casi desconocida para muchos. Pues de pronto le dicen a una paciente que debe realizarse una histerectomía (operación quirúrgica para extirpar el útero total o parcialmente), ella accede, espera la fecha de la intervención quirúrgica e ingresa al quirófano. Lo que no sabe es que un robot será el que cumpla con el proceso, guiado por otros dos ginecólogos y cirujanos.

Es por ello que queremos mostrarles cómo realmente funciona el Sistema Quirúrgico Da Vinci, un robot que se encuentra en funcionamiento desde el 18 de marzo del 2015 en el HCAM y fue diseñado como una evolución de la laparoscopía.

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Hay que recordar que la cirugía general inició con una cirugía abierta, con incisiones grandes, con más tiempo quirúrgico y conllevaba a mayores riesgos y recuperaciones extensas. Evoluciona luego con la cirugía de tipo laparoscópico en donde las incisiones son más cortas, el cirujano introduce pinzas y mediante la tecnología 2D empiezan a divisar para operaciones medianas y complejas. Y finalmente tenemos al Da Vinci cuyo avance se plasma en la tecnología 3D de sus imágenes.

Pero para hablar en términos comunes, cuando ingresamos al quirófano junto con nuestro camarógrafo, pensamos encontrar a lo que nos acostumbran a ver en las pantallas de toda índole, un robot humanoide o algo parecido a eso. Nos equivocamos porque encontramos una gran máquina parecida a un pulpo ya que contenía una torre y cuatro brazos. «Ese es Da Vinci», lo presentó el cirujano general Santiago Jácome, tras ver nuestros rostros de asombro.

Mientras lo admirábamos, ingresaba un paciente que iba a ser sometido a una cirugía de extirpación de un tumor endócrino en la glándula suprarenal. Sus nervios eran tan potentes que pasamos desapercibidos mientras le colocaban la anestecia general. Ni siquiera se percató que estábamos filmando el proceso y solo invocaba su suerte al Creador.

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Pero Da Vinci funciona con un gran equipo, tanto de aparatos digitales como con enfermeras, cirujanos, anesteciólogos e instrumentistas. Como decíamos, el robot es una torre con cuatro brazos (tres que funcionan como pinzas y uno que contiene la cámara laparacóspica). Para guiar a todo esto hay dos grandes cabinas que contienen los comandos para que los brazos de Da Vinci realicen la cirugía. De estas dos cabinas, una es un simulador para las prácticas previas de la intervención y en la otra se coloca el cirujano general quien mediante un sistema de pedales, más dos manubrios y un visor que muestra la vista al interior del cuerpo en 3D cumple con el proceso quirúrgico.

En anteriores ocasiones ya había visto una gran cantidad de sangre, en otras operaciones, pero esta vez pude notar que las incisiones que le hicieron al paciente, una vez dormido completamente, eran muy pequeñas por donde ingresaban las tres pinzas de Da Vinci. Creo que más me sorprendí de la cantidad de grasa que se observaba en la pantalla 3D ¿Pueden imaginarlo? Según Jácome, las cirugías se complican cuando se trata de una persona obesa ya que la grasa impide llegar directamente al sitio a intervenir.

Esto requiere que el médico coloque la cámara para revisar los cortes, su movimiento se ve restringido hasta cierto punto en grados rectos. La plataforma robótica permite amplificar la destreza del cirujano y esto es gracias a que se sienta en dicha consola y las cámara le dan imágenes ampliadas en 3D de la parte exacta a intervenir. La visión que tiene el galeno gracias a esta tecnología es en 360º y ello permite mejorar sus capacidades.

Carlos Rosero, cirujano general, acompañaba a Santiago como soporte de la intervención. «Cuando se controla al robot también se controlan los movimientos volviéndolos más exactos para que la operación sea más segura», explicaba.

Pero no se trata de que llega el paciente se acuesta, se duerme y ya. Para somerterse a la cirugía con el Da Vinci se tomó alrededor de una hora y media solo para acoplar la posición del paciente con las pinzas del robot y luego definir los cortes. Una vez hecho esto se empiezan a manejar las pinzas desde la consola.

Es increíble lo que se ve dentro del cuerpo humano, tras manejar por unos minutos las pinzas se llegó al punto de operación. Cabe destacar que un mal movimiento podría afectar a algún otro órgano cercano y es por ello que los galenos deben ser diestros en cirugía robótica para lo cual se han especializado desde hace dos años.

El campo quirúrgico de aplicación es general pero se da también en otras especialidades como en Ginecología para realizar histerectomías; en Urología se aplica en prostatectomía (extirpación de próstata), en procedimientos oncológicos, en cirugías de bypass gástrico, entre otras. El HCAM cuenta con 4 doctores capacitados en cirugía general para aparato digestivo como pared abdominal, cáncer de colón, cáncer de recto, cirugía gástrica, cirugía de páncreas; también se prepararon 3 urólogos y 4 ginecólogos.

La tecnología Da Vinci es americana y requiere de personal experto, es decir, cirujanos especialistas que han manejado durante años la laparoscopía y luego de esto tienen un curso de capacitación tanto a nivel local como internacional.

Jácome relató cómo fue esta capacitación. «El entrenamiento progresivo inicia con exámenes online. Consiste en el manejo de una plataforma de entrenamiento para desenvolver nuestras habilidades en el robot a través de un simulador. El simulador tiene programas para aprender a colocar la consola, a manejar la cámara, el uso de instrumentos, etc. Es como un juego de video donde se practica suturas. Y así como los pilotos de vuelo, hay que cumplir horas de simulación para certificarse en la cirugía robótica con Da Vinci.

Con la certificación exclusiva, gracias a una curva de aprendizaje que define un número estimado de cirugías que deben cumplir los galenos con esta tecnología, se viaja a Brasil para apreciar en directo los casos quirúrgicos y finalmente en Bogotá nos autorizan iniciar el uso del robot. Toma dos meses el proceso y llega a nuestros quirófanos un experto en cirugía robótica para trabajar directamente en las primeras intervenciones quirúrgicas para guiar nuestra primicia con esta tecnología.

Mauricio Heredia, Director Médico del HCAM, señaló que la proyección es conseguir una nueva plataforma robótica ya que al momento hay una sola al servicio público y hay otra en una clínica privada donde los costos de su uso en operaciones bordean los $20 mil. A nivel de Sudamérica, Ecuador se ha caracterizado por ello ya que es el único país en donde el robot funciona en un hospital público.

«Las ventajas son varias. El tiempo de la cirugía disminuye así como su posterior recuperación. Este es un beneficio compartido, gana el paciente y gana la casa de salud por la reducción de los costos en eventuales complicaciones que puedan darse o estancias prolongadas de los pacientes en reposo médico dentro del hospital.

Por ejemplo, en una cirugía urológica o ginecológica abierta puede darse hasta 15 o 20 días de reposo; 8 días tardaría con la intervención tipo laparoscópica y tan solo dos días con Da Vinci. El costo se evalúa en dos esquemas, primero por la seguridad ya que en menor tiempo quirúrgico se dan menores incisiones para evitar infecciones y todo esto conlleva a gastos inferiores porque también el tiempo de hospitalización disminuye.

Recuperación en menor tiempo

En segundo lugar, tiene que ver con la recuperación del paciente. Como IESS se da una prestación pasado los tres días ya que se asumen los gastos del reposo del paciente a manera de subsidio. Entonces ahí se refleja la baja de los valores si la intervención es mínimamente invasiva gracias al uso de la plataforma robótica. Este diseño ha sido aplicado a cirugías de alta complejidad», detalla Heredia.

Hasta la fecha se han realizado 659 cirugías desde marzo del 2015; 275 son ginecológicas, 271 son generales y 133 urológicas. En el 2015 se hicieron 240 intervenciones, en el 2016 351 intervenciones y 61 en lo que va del 2017.

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