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Ecuador: alarmante situación al automedicarse con pastillas quemadoras de grasa y proteínas

Muchas personas se dejan convencer por la publicidad que muestra cuerpos esbeltos pero omiten dos aspectos importantes de estos productos: las consecuencias y la falta de un registro sanitario.

Por Gabriela Vaca Jaramillo

Cuando Kathy Ramírez, de 31 años, empezó a consumir unas famosas pastillas que garantizaban reducir medidas a través de la quema de grasa de su cuerpo sintió que empezaba un nuevo capítulo para conseguir el objetivo, es decir, quizo seguir al pie de la letra la ingesta de estas pastillas para ver los resultados. Ella bajó de peso y se sentía feliz.

«Consistían en que no debes tomar nada de azúcar o sino azúcar natural como la stevia. Pues en mi caso si evidencié que cumplen porque reducí 20 libras en un mes. En ese tiempo yo me alimentaba normal, hasta fritada comía porque lo único que debía cumplir es eliminar los azúcares. Pero me sentía esclava de las pastillas y cuando ya vi que llegué a bajar 60 libras dejé de tomarlas. Obviamente subí nuevamente de peso.

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No en todos los organismos funciona igual porque a un conocido muy cercano le dio taquicardia, cosa que no pasó conmigo más que sentir calor en las noches, que a mi criterio era cuando cumplían con la función de quemar grasa.

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Después de esas pastillas yo consumí otras y no les recomiendo porque me sentía con sueño, débil, cansada, y con fiebre. Tenía esa sensación de llenura todo el día y preferí dejarlas. Una amiga las tomó y a ella si le resultó. Desde mi experiencia puedo decir que hay que aprender a comer bien sino te conviertes en esclavo de estas pastillas y no todo el tiempo podemos estar medicados así», cuenta Ramírez.

Al igual que Kathy, muchos jóvenes, hombres y mujeres se dejan seducir por los cuerpos esbeltos que ven en las redes sociales promocionando un sinnúmero de pastillas que les quitará grasa del cuerpo, sin embargo también están aquellos deportistas que se ven obsesionados por ganar masa muscular y buscan las mejores proteínas. Pero esta situación tienen un alarmante trasfondo: la joven de 31 años que compartió su experiencia desconocía si ese producto tenía un Registro Sanitario.

Y esto es muy evidente para Verónica Bravo, médico estético, quien señala que las proteína y quemadores de grasa son dos cosas diferentes. «En el caso de las segundas estoy casi segura que esos fármacos carecen de un Registro Sanitario y por ello no se sabe la composición de las tabletas. Hace muchos años ya existían pero con otros nombres y otros colores. El compuesto de estas era el ‘Racumin’, y mató a mucha gente porque les producía hemorragias internas, lesiones en el hígado, entre otras.

Estas pastillas que circulan en redes sociales pueden tratarse de una publicidad engañosa porque, según mis conocimientos, no tienen Registro Sanitario y caemos en un tema de automedicación en donde el paciente no sabe lo que está tomando.

También estamos viviendo en un cambio de generación donde la delgadez prima y mientras más se baja de peso se siente mejor por lo que si de conseguir esta meta se trata, no les importa a qué costo. Esto cruza los límites psicológicos que establece el hecho de mantenerte saludable con un seguimiento adecuado ya sea con nutricionista, un cambio de estilo de vida, etc.

Lo ideal es que no hay que automedicarse, se debe hacer una valoración individual por paciente para tratarlo como tal porque ningún organismo va a reaccionar de igual manera. Piensa en que te puedes ver bien por fuera pero no sabes lo que está sucediendo a nivel de tus órganos internos.

Por otro lado, cuando un paciente quiere ganar músculo con vitaminas, proteína, creatina y otro sinnúmero de suplementos que se han hecho más visibles desde hace una década, debe conocer que las moléculas de estos son muy pesadas y puede producir una sobrecarga proteínica que el cuerpo no lo va a metabolizar bien y se originan problemas a nivel del hígado y riñón.

He tenido casos de adolescentes que consumen creatina y vienen con el rostro lleno de acné porque les genera brotes a causas hormonales. Si no se usa con una guía médica bajo prescripción de un médico deportólogo y endocrinólogo, el paciente se expone a consecuencias severas. Hay gente que exagera y van al uso de esteroides, hormonas de crecimiento y compuestos más complicados para el organismo.

La necesidad básica diaria de un ser humano lo abastece en una buena alimentación y no se debe extender de esos requerimientos nutricionales con otros productos. Si fuera el caso, sólo un especialista puede recomendar su uso.

En el caso de niños e infantes, así como gente de la tercera edad, requieren de proteínas que se ven en las farmacias porque están en etapas de compensación proteínica por sus edades.

Vi, también, el caso de un muchacho que en dos meses se transformó alimentándose únicamente con pechugas de pollo y claras de huevo a diario, pasaba en el gimnasio pero hoy en día está irreconocible porque cambió totalmente su figura», explica la experta.

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