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Tendencia healthy: Bowls Food y los errores que cometemos al prepararlos

En Instagram, los “foodies” nos conquistan con una estética colorida, sana y entretenida dentro de mason jars o estos powerbowls. La nutricionista y ex “MasterChef”, Macarena Urrutia (@nutrimacaurrutia), los defiende y comenta los típicos errores

1. Estética. Comer es una experiencia sensorial, por lo mismo, se agradece comer en un bowl bonito, y mejor si los ingredientes están ordenados por colores. Es que nos gusta todo lo «customizable». «Dentro de un bowl se genera un gran juego de colores, texturas, temperaturas y sabores. Mejor si pongo una verdura más crocante que otra, me darán más ganas de comer; pasa lo mismo con los alimentos ácidos o si incluyo una proteína con un apanado especial. En definitiva, se estimulan las papilas gustativas y no se hace tedioso comer», explica Macarena.

2. Saludable. Cuando hablamos de comer en bowl no pensamos en comida chatarra, sólo en alimentos sanos, principalmente frutas, verduras, súper alimentos y semillas. De esta forma, las propiedades nutritivas de una comida se multiplican. «Cuando llevas un plato extendido a uno más profundo, con más volumen, entrega más saciedad. Por otro lado, permite darle la vuelta a la comida saludable, que para muchos es aburrida. La idea es que sea atractiva, nada monótona», reflexiona la nutricionista.

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3. Rápido. Si no tienes tiempo en la semana, puedes dejar picadas diferentes verduras y en la semana sólo mezclarlas con semillas, salsas o proteínas. No tardarás más de 5 minutos en ese proceso. Además, agrega Macarena, «estamos viviendo un periodo bueno para optar por esta tendencia. El mercado ofrece elementos de cocina más llamativos en color y forma. Incluso no necesariamente verás plástico, sino vidrio o acrílico, que implica menos residuos tóxicos para tu cuerpo». ¿Sabías que muchos restaurantes también están apostando por este cómodo formato?

4. Para llevar. Al ser hondos, son fáciles de sostener y puedes llevarlos a cualquier lugar sin miedo a que algo se derrame. Y ahora existen bowls con tapa. «Es importante abrir el espectro de lugar donde se come, más en estos tiempos que andamos todos apurados. Si optas por un recipiente hermético, puedes llevarlo al trabajo, comerlo en un parque e incluso en un carrete».

5. Porciones perfectas. Estamos más conscientes de las proporciones de todos los alimentos. Por ejemplo, cuando sacamos ensalada u otro elemento que está al medio de la mesa, podemos sacar mucho o muy poco; en cambio, cuando comemos en bowl, intentamos incluir la misma cantidad de varios productos.

6. Desayuno. Además de la típica fuente de frutas, los smoothie bowls, básicamente batido de fruta, han tenido gran éxito, junto con los budines con avena y yogurt. La clave de Macarena Urrutia es llenar el 50% del bowl con un lácteo animal libre de grasa y azúcar –cuidado, porque a veces aparece como fructosa en el etiquetado– o vegetal (leche de almendras, avena, amaranto, arroz), 25% con cereal sin azúcar y alto en fibra; 20% de fruta picada (arándanos, pepinos de agua tienen poca azúcar), y el 5% restante de semillas. ¡No se agrega miel!

7. Comida. «A veces la típica comida en bowl de restaurante no está bien equilibrada porque contiene muchas verduras, poca proteína y a las dos horas da mucho apetito. Lo malo es que pagaste como 5 mil pesos por eso, y no los vale. Si hacen lo mismo en su casa, saldrá mucho más rico y económico», asegura Macarena. La experta invita a usar lechuga, pero también kale, rúcula, pimentones de diversos colores, zapallo italiano, apio, pepino, quínoa, junto con legumbres, que aportan mucha proteína. «Como recomendación, llenen el 50% con verduras verdes crudas o salteadas; 25% de cereal y 25% de proteína. Eso es sólo una base, porque se puede disminuir la proteína y dejar un 5% de semillas o frutos secos, tales como la chía, linaza, amapola, sésamo, castañas de cajú, almendras, nueces. Estos son importantes porque darán la textura crocante, y vitaminas del complejo liposoluble y ácidos grasos esenciales».

8. ¿El gran error? Comer más de la cuenta. Pese a que se puede llenar con diversos alimentos, es relevante fijarse en las proporciones en cada plato, como las descritas anteriormente, junto con no pasarse con aderezos como la mayonesa. Opta por mostaza, salsa de yogurt natural, tahine (pasta de sésamo), palta o, simplemente, limón y sal. «Por otra parte, una de las mayores causas de la obesidad en nuestro país es por el horario de once. Ingieren grandes cantidades de comida, muchos carbohidratos en un horario que no se queman calorías. Por eso comer un bowl de verduras a esta hora es ideal. A mis pacientes también les hablo del típico salpicón, que es básicamente lo mismo: una ensalada con verduras crudas, cocidas o proteínas, como el huevo».

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