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Qué pasa cuando dejamos de enfocarnos sólo en nuestros defectos

Mientras más atención les prestemos, más grandes, notorios e importantes serán para nuestra mente.

Las invito a hacer un pequeño ejercicio, no les tomará más de cinco minutos. Vayan a buscar papel y lápiz, tómense un tiempo libre y escriban una lista sobre las cosas que más les gustan de ustedes mismas (físicas y emocionales).

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Ahora, cambien de página y elaboren otra lista con todos los defectos y cosas malas que creen que tienen. ¿Cuál de las dos listas es más larga? Me encantaría estar segura de que la que nombra las cualidades es más extensa, pero también es probable que te haya faltado papel para nombrar tus defectos.

¿Por qué tenemos la sensación de que los defectos, por más pequeños que sean, siempre son más grandes o predominantes que las cualidades? Quizá les estamos prestando demasiada atención, mucha más de la que se merecen.

Eso que nosotros consideramos como defectos son sólo ideas abstractas que se alejan de un prototipo muy rígido de belleza y perfección, son los conceptos que están al margen de esta “perfección” irreal que muchos intentan alcanzar y desafiar.

Sólo piensa en esto. Tu cerebro es selectivo y sólo internaliza la información que tú misma crees que es importante. Desde que nacemos, comenzamos a elegir qué poner en nuestra cabeza y el entorno también es un factor definitivo en este tipo de elecciones.

Sin embargo, si le enseñamos a nuestro cerebro que los defectos son lo único que los demás notan cuando nos ven, la mente va a hacer importante esos defectos, los va a tomar como una información clave, como algo que no puedes olvidar o dejar pasar.

A veces, lo que pensamos de nosotros mismos no es tan racional, sino que es el resultado de toda la información que hemos decidido hacer importante, sin importar si es objetiva o no.

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Como se explica en un artículo de Psychology Today, cuando pensamos en algo, inmediatamente comenzaremos a recibir señales. Es como cuando queremos tener algo y de un día para otro, vemos a muchas personas usando eso que nosotros queremos.

Esto es la ilusión de frecuencia, un término usado en psicología para describir la forma en que nuestro cerebro recalca ciertas cosas dependiendo de lo que pensemos.

Si no ponemos los defectos en primer lugar, vamos a dejar de notarlos con tanta frecuencia y vamos a comenzar a darle más importancia a otros aspectos de la vida.

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