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Mujer descubre tener cáncer luego de comer demasiada lechuga

Elsie Campbell, inglesa de 49 años, de un día para otro comenzó con un extraño antojo. Bueno, no tan extraño como aquella mujer que quería comer lustramuebles, pero eran tantas sus ansias por comer lechuga que su marido comenzó a preocuparse.

Resulta que él es científico y escribió un libro sobre nutrición, así que cuando vio que su mujer se comía hasta 4 lechugas al día sola y que lo único en que pensaba cuando no estaba comiendo lechugas era en comerlas, investigó sobre los componentes de esta hortaliza.

Sus conclusiones fueron fructíferas: la lechuga, entre otros componentes, tiene sulforafano, una sustancia que comparte con otros vegetales verdes y que ayudaría a combatir las células cancerígenas.

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Así que estos antojos, sí tenían una explicación: su cuerpo estaba pidiendo lo que necesitaba. Elsie fue al médico quien confirmó lo que su marido temía: cáncer, en específico de mamas.

Qué impresionante cómo funciona el cuerpo. Recuerdo que mi hermana, cuando estaba embarazada, lo único que quería era comer apio flotando en limón. Supongo que en realidad, era porque era verano y ella quería algo refrescante. Las personas que sufren de PICA quieren comer cosas extrañas, pero los principales motivos de su enfermedad son sicológicos, no biológicos.

En todo caso, no es para ponerse hipocondríacos; no quiere decir que cada vez que nos den ganas de comer algo en específico, estemos enfermos de algo. Quizá es sólo algo que nos gusta tanto que queremos comer mucho de eso, pero de todas maneras, si uno llega al extremo, conviene consultar; el cáncer suele ser realmente antojadizo.

Oh! acabo de resolver un misterio. A lo mejor la mamá de Rapunzel no sólo tenía un capricho, sino una grave enfermedad, por eso quería comer los coliflores, repollos o lechugas (dependiendo de la versión del cuento) de la bruja.

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