Moda y Belleza

D’ Royal Bride, una opción real para la novia puertorriqueña

Los propietarios de la boutique destacaron las tendencias de la moda en el mundo nupcial para este 2017.

Por: Jennifer González Soto

Por más de dos décadas D’ Royal Bride, la reconocida casa de novias en Puerto Rico, se ha distinguido por hacer lucir a sus novias como reinas el día de su boda. Esta es la filosofía de sus propietarios, Damaris Díaz y Andrés Santiago.

Hace 25 años, el matrimonio abrió las puertas de lo que fue su primer local dedicado a la coordinación y diseño de eventos en Vega Alta. Este les brindó la oportunidad de expandir y diversificarse en el mundo de la moda nupcial. Hoy día cuentan con tres tiendas: el outlet, la tienda de alquiler en Bayamón y la de alta costura localizada en la avenida Roosevelt en Hato Rey.

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«Ahora estamos disfrutando de un buen momento en cuanto a las marcas. Tenemos la bendición de tener las marcas más importantes del mundo», sostuvo Díaz, quien maneja la parte administrativa.

«Actualmente en su tienda de alta costura en San Juan cuentan con más de doce líneas internacionales de vestidos de novias, tales como Berta, Pronovias, Rosa Clara y Lázaro, cuyas marcas son las más reconocidas en el mundo, que le dan la oportunidad a la mujer puertorriqueña, y a ese mercado que estamos acaparando en Latinoamérica, Sur y Centroamérica, de no tener que llegar a Estados Unidos, porque en Puerto Rico tienes todo lo que necesitas», sostiene la emprendedora.

Mientras, las otras dos tiendas localizadas en Bayamón son la de alquiler, donde ofrecen paquetes nupciales por un precio conveniente. «Un concepto único en Puerto Rico, donde la novia puede conseguir vestidos de todas las colecciones, junto con el tocado, velo y otros accesorios, todo el ajuar, a un precio módico», y el outlet «donde la novia podrá conseguir vestidos de la temporada pasada de la tienda de San Juan, de los mejores diseñadores, a precio de liquidación».

«Nos dimos cuenta de que Puerto Rico tenía diferentes necesidades, que hay un mercado de alta costura que no escatima, que hay un mercado que está buscando ser práctico, que no quiere comprar un vestido. Había una necesidad en el mercado y pues esa tienda se especializa», confiesa Díaz.

Asimismo, la boutique de novias está consolidando sus líneas, al crear su línea privada Signature. «D’ Royal Bride se encuentra trabajando con los diseñadores más importantes del mundo, llevándoles nuestros estilos como puertorriqueñas y mujeres latinas, las exigencias de la clienta que nos visita diariamente en esta tienda de alta costura. Estamos prácticamente diseñando nuestras propias líneas con diseñadores que trabajan exclusivamente para D’ Royal Bride».

Sobre las particularidades que buscan las novias que llegan a la boutique de alta costura, Santiago, quien se encarga de la parte creativa y de diseño, indicó que «buscan vestidos que definan su silueta, los escotes profundos en el busto, las espaldas al descubierto y transparencias».

En cuanto a tendencias de la moda en el mundo nupcial se trata, para este año mencionan que están los bordados, el tul, faldas amplias, mangas largas, transparencias y las coronas de reinas tipo realeza: «volvimos a los 80». Además, destacó que antes se acostumbraba a que el traje tenía que ser blanco, «pues eso cambió. Ya el traje no tiene que ser blanco. Ahora se usa colores como ivory, color marfil y almendrado».

La diversidad de la clientela que llega hasta sus puertas es diversa. Estos resaltan que reciben novias de diferentes partes del mundo, el Caribe y Oriente Medio, y que «su misión es que las novias cuando lleguen a una de sus tiendas D’ Royal Bride encuentren el vestido de sus sueños».

Ante el impacto que tiene la isla con la llegada de las bodas de destino, reconocen que han tenido que ir «transformando el mercado porque, además de que nosotros, tenemos el control de la empresa local de alta costura y de los diferentes servicios que ofrecen, lideramos aquí la industria de novias».

En los últimos dos años, «nuestro inventario ha tenido que actualizarse porque son vestidos diferentes los que vienen buscando. D’ Royal Bride tiene un servicio único para este tipo de mercado. Ellas vienen y nos compran el vestido a veces la misma semana de la boda. Nosotros contamos con servicios de transportación. Tenemos una modista especial para ellas. Somos facilitadores para las novias que vienen de destinos que no tienen el tiempo, que no pueden estar aquí como una novia local. Si nos llaman, vamos y los buscamos al aeropuerto. Ese servicio lo concentramos en una semana y tal vez en dos días. En ese mismo día a la novia se le hace su entalle y hasta se le puede entregar el vestido en la tarde o al otro día, dependiendo de la fecha de la boda», indican.

Entre las distinciones de la novia de destino detallan que la mayoría son bodas que los trajes son bien simples; «buscan mucha fluidez, escotes, encajes simples, chifones, cosas livianas, vestidos con un toque más sensual». Si de extravagancia se trata, están las novias árabes y judías, quienes gustan de más vistosidad. Los expertos en novias aseguran que hay mucha transformación en sus vestidos ya que son muy lujosas, y la opulencia es la protagonista en el vestido. Estas prefieren que sea con el encaje más caro, el más vistoso, elaborado, bien cargado, debido a que el tema de la opulencia es importante». Utilizan mucho el blanco, son muy tapados y con mucha pedrería. «Es aquí donde entra la parte cultural. Es una cultura muy tapada y, aunque a veces les gustan los trajes con escotes, al final lo llenan de todo hasta que lo tapan hasta el cuello. Ellas vienen aquí buscando un modelo original del diseñador, y nuestras modistas les facilitan sus diseños y le cubren completamente y transforman sus vestidos haciéndolos una pieza única».

La pareja de empresarios recuerda que uno de los momentos de más tensión que han vivido al preparar a este tipo de novias es «cuando de repente tenemos lleno el salón principal de novias y de momento una de ellas está al descubierto y entra tal vez Andrés, que es el dueño, y se vuelve un corre y corre y un misterio. Los chicos llegan a una hora y tenemos que hacer unos ajustes y unos rituales». De esto también comparten que el traje de la novia lo costea el padre del novio, ya que es una costumbre de ellos.

Y es a través de este tipo de eventualidad que su equipo se prepara para brindar un servicio particular cuando llega una novia de destino, como lo es en el caso de las árabes y judías. «Se les hace una cita especial, en un horario especial, y nos tenemos que organizar porque es un misterio, son muchas horas y vienen ambas familias, la del novio y de la novia».

De acuerdo con Díaz y Santiago, lo que más les atrae a estas parejas del extranjero realizar sus bodas en la isla es el clima y los paisajes. «Los exteriores y la industria de venues han ido transformándose y atendiendo las necesidades reales que hay para las bodas de destino. Los hoteles más principales y lujosos han ido adaptándose a ese mercado. Si quiere la boda frente a la playa o en un jardín, en el área de la piscina o que no la quieren en un ballroom».

La empresa D’ Royal Bride es una familiar, ya que también sus hijos formaban parte de «nuestro equipo de trabajo».

De sus tres hijos, la segunda hija de los empresarios, Andrea Damaris, se unió recientemente a la empresa de manera voluntaria. La joven de 28 años realizó una maestría en Administración de Empresa en Moda, en España. «Cuando Andrea regresa, llega con la base para la industria a nivel de medios. Transformó la empresa en una tecnológica. Andrea posiciona la marca a nivel internacional y a nivel de redes. Ella creció con los vestidos de novias y continúa este patrimonio», resalta Díaz.

Luego de hacer su maestría y viajar por todas las capitales de la moda, Andrea emprendió su rumbo profesional en el negocio familiar hace ya dos años. «Mi último proyecto que ganó la tesis fue de una línea de vestidos de novia», dijo Santiago Díaz. Esta recuerda que sus padres viajaron sorpresa hasta España y «cuando vieron el trabajo, fue que creamos una línea de vestido de moda, la que nombramos Signature», su propia línea de vestidos de modas inspirada en diseños de prestigiosas marcas como Berta, pero más económicas.

La pareja de empresarios no contempla expandir su negocio a través de la isla o fuera de Puerto Rico a pesar de que «la gente nos lo pide, porque tenemos clientes de toda la isla y del Caribe, pero llegan aquí, y entendemos que, aunque nos gustaría a veces expandirnos, a veces no es costo efectivo», asegura Andrés.

«Nosotros no vendemos vestidos de novias. Nosotros permitimos que las novias disfruten de una experiencia nupcial. La clienta saca su tiempo, porque este es el acontecimiento más importante en la vida de una mujer. Así que las novias prefieren venir de donde sea para disfrutar de esa experiencia, porque nosotros vestimos sueños y hacemos lucir a todas las novias como reinas», añade.

Comparten que la clave del éxito de su empresa ha sido porque siempre han llevado un plan, actualizándose y llevando la empresa de una manera auténtica y genuina, aprendiendo en el camino.

El nombre de D’ Royal Bride surge en honor a la princesa Diana de Gales. Recuerdan que mientras estaban en busca del nombre para sus negocios, surgió el fallecimiento de la princesa. «Queríamos algo de la realeza y de aquí comienza nuestra industria de la moda nupcial en honor a la princesa Diana de Gales».

 

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