A sus 23 años, Daniela Foyain vive uno de los momentos más significativos de su vida, participar en la elección de Reina de San Francisco de Quito, que se realizará este 27 de noviembre en el Teatro Bolívar, justo antes de que inicien las fiestas de la ciudad.
Para ella, esta oportunidad representa la posibilidad de unir lo que más ama, la comunicación, el servicio y las causas sociales. “Deseo entregarme al servicio de la ciudad. La comunicación genera cambios y quisiera ser la voz que represente a los jóvenes”, afirma con convicción.

Una familia que la sostiene desde el corazón
Si algo define a Daniela, es la forma en que habla de su familia. Sus ojos se iluminan cuando recuerda el apoyo incondicional que ha recibido de sus padres y su hermano.
Dice que en su hogar aprendió lo que significa el amor auténtico: “Mi familia me ha demostrado lo que es el amor sincero, de corazón, con alma”. Como la menor de la casa, creció protegida y celebrada, algo que se refleja en frases que le repiten a cada paso: “Si tú eres feliz, yo también soy feliz.”
Su historia familiar es una de esas que dejan claro que el apoyo emocional también es una forma poderosa de acompañar los sueños de una mujer joven.

“Conexión Auténtica”: un proyecto para sanar la soledad digital
De su propia sensibilidad nace “Conexión Auténtica”, un proyecto que responde a un problema silencioso que afecta a miles de jóvenes, la crisis emocional derivada del uso de redes sociales.
Daniela lo explica desde la empatía: “Las comparaciones y las críticas en plataformas digitales generan ansiedad y depresión”. Entonces, con talleres, círculos de confianza, campañas escolares y su podcast “Sin Filtros”, busca que los adolescentes encuentren un espacio seguro, aprendan a manejar la tecnología con equilibrio y se reconecten consigo mismos.
El mensaje central del proyecto es simple y profundo: no podemos controlar lo que vemos en redes, pero sí cómo nos afecta.
Una visión que trasciende el certamen
Daniela tiene claridad sobre lo que significaría el título para ella. “Si tengo el honor de ser la Reina, voy a poder transmitir mensajes y generar cambios”, afirma.
Su deseo de servir no depende de la corona. Asegura que, si no gana, seguirá trabajando por sus causas, porque su compromiso es auténtico y sostenido. Además de su proyecto social, hay otra causa que la mueve con fuerza, la inclusión y accesibilidad para personas con discapacidad, un trabajo que ya inició en la universidad y que quiere retomar.

Un bocado de tradición y un rincón que la inspira
Cuando Daniela menciona lo pristiños con miel, no se refiere solo a un postre, ella habla de un recuerdo vivo, una tradición que cada diciembre llena su casa del aroma dulce que anuncia que su familia está junta. Es el sabor que la conecta con su niñez, con el amor de su mamá y con esos pequeños rituales que construyen identidad.
Y cuando piensa en qué sitio mostrarle a alguien que llega por primera vez a Quito, su respuesta nace desde el mismo orgullo que siente por su ciudad, la Mitad del Mundo. Lo elige no solo por su valor histórico, sino porque simboliza algo más profundo, el hecho de que esta ciudad existe justo en el punto que divide hemisferios, un lugar único que no se parece a ningún otro.
Una carrera construida para servir
Graduada en la Universidad San Francisco de Quito, Daniela tiene una sólida formación en Comunicación Organizacional, Relaciones Públicas y Publicidad, con subespecialización en marketing digital y organización de eventos. Esta trayectoria le ha permitido participar en proyectos sociales que la conectaron con su propósito: ayudar, acompañar y comunicar para transformar.
Un mensaje que nace del alma
Detrás de su voz dulce y tranquila, hay una mujer que sabe lo que quiere decir a los jóvenes de Quito: que el valor no se encuentra en los “me gusta”, sino en mirarse con honestidad. Su mensaje constante es que conectar de verdad empieza cuando nos permitimos ser humanos, sin filtros y desde el corazón.
Fiestas de Quito: la inspiración que la acompaña
Daniela vive en San Juan Alto de Cumbayá, un barrio que vibra con las fiestas de San Juan y las celebraciones de Quito. Para ella, ese espíritu comunitario, con las calles llenas, la música y las decoraciones, es un recordatorio de lo bonito que es estar juntos.
Las Fiestas de Quito también le inspiran a trabajar por una ciudad donde las personas vuelvan a encontrarse y sentir que pertenecen. Ese es, en esencia, el corazón de su proyecto y de su participación en la elección.

