Los perfumes son imprescindibles en el tocador de una mujer. A través de ellos pueden manifestar su personalidad, estado de humor y gustos, así que deberías aprender algunos tips para emplearlos de la mejor manera posible.
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Olores diferentes
Es absolutamente normal que una fragancia huela diferente en mujeres distintas a pesar de tratarse del mismo producto.
Esto sucede porque hay muchos factores que pueden afectar el aroma: desde la dieta, la raza, medicamentos que se consumen o el tipo de piel de la persona en la que se aplicó.
Perfumes de larga duración
Para prolongar su rico efecto, es necesario tener la piel bien humectada. Un truco es aplicar una crema corporal sin perfumes o una con la misma esencia antes de rociar la fragancia.
Asimismo, durará más si lo aplicas en tu cabello. No obstante, no debes abusar de esta práctica puesto que el alcohol que contienen podría dañar el color y resecar el pelo.
Joyas y ropas estropeadas
Un hecho que es una realidad es que los perfumes dañan tus accesorios, especialmente si están compuestos de perlas, turquesas, opal, ónix, ámbar y coral ya que lo absorben y les afecta en su capacidad de reflejar la luz.
Algo similar sucede con la ropa puesto que mientras más oscuro sea el líquido y más clara la tela, hay mayores probabilidades de que termine en tragedia.
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Para evitar esto debes rociar la esencia entre 20 y 30 centímetros de distancia con tu piel. En caso de que el contacto se produzca directamente y por error, debes lavar la prenda con agua y secarla con una toalla inmediatamente.
Cambio de color
Es posible que el perfume asuma una nueva coloración, sin perder la intensidad de su olor, al estar en contacto con la luz directa del sol, el fuerte brillo de algún foco y también por si tiene mucho tiempo contigo.
Si notas que el líquido se ve turbio significa que el olor se agrió, así que es momento de despedirte de él.