El deseo de lucir diferentes a veces pasa por un cambio radical del look. Muchas eligen decolorarse el cabello, una opción tan común como agresiva, pues el químico penetra profundamente y levanta la capa que protege el pelo. El desgaste es inminente.
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Estos son los principales riesgos que enfrentará tu melena:
Resequedad.
Debilidad.
Puntas abiertas.
Quiebre o caída, sobre todo si ya se encontraba maltratada o si excediste el tiempo de acción del producto.
Tonalidades blancuzcas no deseadas.
Reacciones alérgicas a los componentes del decolorante.
Secuelas en las pieles muy sensibles (como quemaduras) u ojos por las sustancias blanqueadoras del químico.
Pero no todo está perdido, puedes aminorar el impacto, incluso, prevenirlo con estos tips:
Es bueno hacer una prueba en la piel antes de decolorarse para prever posibles reacciones. ¿Cómo?: puedes echar una pequeña cantidad de la mezcla en la parte de tu cuerpo que elijas para evaluar tu resistencia a las propiedades de la fórmula. Si observas algo extraño, lo mejor es que no te decolores.
Hidratación intensiva previa y posterior al decolorado, bien sea con aceites, mascarillas o ampollas nutritivas.
Uso de shampoos y acondicionadores que se inclinen más a lo natural, preferiblemente libres de sulfato y siliconas.
Un corte de cabello después del proceso para eliminar las puntas maltratadas, la parte del pelo que más sufre.
Las planchas y secadoras quedan descartadas, pues en conjunto con el decolorado son una especie de “bomba” que pasará una factura muy costosa a tu melena.
Dile adiós a los tratamientos de alisado como brillos de seda o keratinas
Si te teñiste recientemente, cero decolorado
Los estilistas más experimentados lanzan una alerta importante: esperar, como mínimo, un mes y medio para decolorarse luego de teñirse.
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