La visita de Meghan Markle y Harry a Australia concluyó con una gran lección de estilo por parte de la duquesa de Sussex, quien demostró que el mejor color para las morenas, sin duda es el rojo, aunque en esta ocasión, lo llevó de forma discreta vistiendo un vestido tono burgundy.
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Acompañado de una bolsa y zapatos nude, Meghan coordinó el vestido de la marca Hugo Boss que logró resaltar su complexión mientras mantenía un aire de sobriedad y se ajustaba ligeramente su vientre, el cuál robo miradas durante su visita desde que se dio a conocer la noticia de su primer embarazo.

Además de su último look en Australia, Meghan también causó sensación al llegar a Nueva Zelanda, pues eligió un elegante vestido negro corto de maternidad de la popular tienda Asos, reconocida por sus accesibles precios.