¿Crees que cuidas tus brochas y pinceles como se merecen? En la actualidad, para adquirir un buen set de brochas (buenas) de maquillaje tienes que desembolsar una óptima cantidad de dinero. Es por eso que debes conocer la importancia de cuidarlas y mantenerlas en perfecto estado.
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Limpiador de brochas ![]() |
La razón de tanto cuidado e higiene es que las brochas acumulan aceites de los productos, el sebo y las impurezas de la piel. Estos restos de suciedad, por un lado, acortan la vida de nuestros pinceles y, por otro, pueden causarnos problemas en el cutis como granitos, puntos negros o irritaciones.
Te ofrecemos cuatro formas de mantenerlos en perfecto estado por mucho tiempo:
Limpiador casero
Si deseas hacer tu propio limpiador para brochas, te recomendamos una simple receta. En un rociador, añade alcohol isopropílico y agua destilada (media botella de cada uno). Agrega una cucharada de champú para bebés. Añade también media cucharada de acondicionar de cabello. Luego mezcla y aplica sobre una toalla de papel para limpiar las cerdas de la brocha.
Con limpiador facial
Así como ayuda a remover el maquillaje del rostro, el limpiador facial permite eliminar los restos de estos productos de las brochas. El procedimiento en este caso varía. Primero tendrás que humedecer las cerdas con agua tibia. En un recipiente pequeño, mezcla un poco de limpiador facial con agua. Seguidamente introduce las cerdas en esta mezcla y frota con los dedos para quitar la suciedad.
Después enjuaga y déjalas secar verticalmente durante unas cuantas horas. También puedes realizar el secado con una servilleta.
Alcohol isopropílico
Es el método más conocido para llevar a cabo esta tarea. Consiste simplemente en aplicar algo de alcohol sobre las cerdas de la brocha y enjuagarlas. Luego, frota la brocha sobre una servilleta de papel y sécala con otra más para absorber bien la humedad que pueda acumularse.
Aceite de oliva
Una de sus ventajas es que se trata de un elemento que todos tenemos; además, su uso es muy sencillo. Sumerge la punta de la brocha en un recipiente con aceite de oliva y después frótala sobre una servilleta de papel de manera circular. Así la suciedad y los restos de aceite serán absorbidos por el papel y tu brocha de maquillaje quedará lista.