Sí, las estrellas están hartas de que se les pregunte por su vestido. Es algo irónico, sabiendo que toman semanas buscando un atuendo a costa de un estilista muerto de estrés que tiene que consultar a las mejores casas del mundo por un traje que las haga ser objeto de titulares, mas joyas, peinado y zapatos. Qué se le puede hacer, la relación entre moda y cine es algo indestructible, así las estrellas lo quieran negar todo.
PUBLICIDAD
Pero algunas de ellas quieren innovar o se guían por su propio gusto. Y sí, entre gustos no hay disgustos, pero en los Golden Globes algunas quisieron parecer, más que ser ellas mismas. Y en la historia de los premios acá vemos a las que esto les ha salido muy mal.
Sharon Stone
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/GRQXRMOSKRH7PJMXQNPHVWMYNY.jpg?auth=9b353d2450aa0159493b7c9aa7fbf8b4aa5675523d2508893e6d818314f2e3d2&width=800&height=1428)
Que no, que nadie puede ser Helena Bonham-Carter si no es Helena Bonham- Carter. En 2003, la época de lo tacky y lo trashy y todos los «y» en su esplendor, Sharon Stone hace homenaje a todo eso, combinándolo con «Jóvenes Brujas». No, chica, tu eres una rubia tipo Grace Kelly y más sofisticada aún. ¿Pero qué te pasó?
Cameron Díaz
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/XVEIFAQOABGDJFS7VMXL7RBD4E.jpg?auth=4da761b9efc637d6dc5f38868faf4cb7ca9524d3569aca20afcccd1c1ab47cbc&width=800&height=1230)
En 1999 era la época plena de canciones como «Seether» de Veruca Salt, las películas de adolescentes de instituto reinando con su estética grunge y una joven Cameron Díaz que llegó al estrellato por ser la típica belleza de California pero que acá quería parecer Courtney Love en 1993. Ni se burlen tanto: todo lo que usa ella ahí está de moda ahora.
Lara Flynn-Boyle
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/IEMXFWFA6JHCHGKO6Y2S4K7GLM.jpg?auth=144670f70560c7c3158c81959f021671c3dd31472e047b13e09a7e8448008a96&width=800&height=1230)
2003 y de nuevo, la apología al disfraz. Björk lo hizo de cisne dos años atrás. Entonces Lara, suponemos que dijo: «Si ella pudo, por qué yo no». Y el resultado es el mismo desastre. Con un cuerpo que sirve para ponerse atuendos más sofisticados y elaborados, ella elige irse como si estuviera en Halloween y tuviera seis años.
Gwyneth Paltrow
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/TWMRI5FB7BBLXH5U7HXKE55KW4.png?auth=53a4ec2103a8d291ee3adf9cd32b1502532eab1bde15cc50d118ceceb5638e4e&width=800&height=1122)
Gwyneth parecía salida del mismo mundo que Neo antes de ser Neo. Toda la estética minimal y de club que hacía que pareciera que estaba en un video de Papa Roach o Limp Bizkit y no en una ceremonia de premios. Bueno, era 2000.
PUBLICIDAD
Beyonce
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/TWPMRJNGNFC3ZKGCLF66DPOYCA.jpg?auth=914dc7cbe8cb3d2c2b6ef7f0c6476ca6a1cdbc8d4218af10151902a2acf32935&width=800&height=1374)
Y eso pasa cuando no tienes estilista y confías en el gusto de tu madre. A menos de que tenga el sentido de la moda de Carolina de Mónaco o Victoria Beckham, no le confíes nada y menos en 2003. Fin.
Paula Abdul
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/DHZP7DQOXZHA5BO3KH77CVNUAM.jpg?auth=d1cdea9b9d340118774d4e39a4c12e95707dbb54145bfb0cc4fd3d4447b67790&width=800&height=1295)
Recuerden que Paula es del mismo universo estético que Mariah Carey: uñas con decoraciones y relieve, tacones de glitter y bandita transparente, satín en exceso, mármol dentro de la casa y abrigos de piel. Siendo así, no esperen que se vistiera de otra forma en 2005.
Sarah Jessica Parker
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/HQFG2QINOJGZ3PO4KJGRXFS3VY.jpg?auth=1957608ac2462f6aae892e8e379ca236d4ce669341242bcb5a85e3f51e4b3347&width=800&height=1253)
Es el ícono de moda contemporáneo del momento y decide vestirse como «Katinka» de Zoolander. Claro, ir a los Golden Globes por interpretar a Carrie Bradshaw en 2003 no te obliga a vestir siempre como ella, pero definitivamente, por más que lo odies, ERES ELLA.
Julia Roberts
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/SADO2BLUMVDCTMP6GAZXN4JP3Q.jpg?auth=be9e8e8010021025a75498f1326d7084f895189b11f51b8083fdcadfca796697&width=800&height=1401)
Tres reglas básicas para vestir de traje de hombre: si no eres Diane Keaton, Ruby Rose o Marlene Dietrich, no lo intentes. 2/ Si lo intentas, que el traje SEA DE TU TALLA. 3/ SI LO INTENTAS, QUE EL TRAJE SEA DE TU TALLA. ¿En serio era algo difícil de comprender en 1990?
Reneé Zellweger
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/BRGAO3FPJJHITPMPWTA5OCRVNA.jpg?auth=b7221a36173a7d50c50db6f3862eb6381d78a695dd1ba848c682135a3c6ea4e3&width=800&height=1343)
Dos palabras recurrentes en 2009 en la era pre-Kardashian: fitting y spandex. Que el fitting no arruine tu Carolina Herrera y que tu spándex no te haga ver el busto como si lo hubiera pintado Picasso (peinado incluido).
Vanessa Williams
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/5V2DLVMPQNBHPCHESOTMUG237Q.jpg?auth=7b55afdfde73b6dcd092074985c7022233a5cb5d5680d71d71622154660a08e2&width=800&height=1347)
En 2007 interpretas a la editora de moda más mala del planeta Tierra en «Ugly Betty» y te vistes como esposa de mafioso italiano.
Diane Kruger
![](https://www.nuevamujer.com/resizer/v2/AHTM45RREJBFJDCBE4Y7I4X34I.jpg?auth=063a29fc319708e5b2f7bc7cf331a21b4eafe04090a25e8c8267d05f37dcaf7b&width=800&height=1371)
«¿Dónde están las sábanas de mi madre?», podría llamársele a esto. Así era Diane en 2005, antes de ser el increíble ícono de las alfombras rojas.