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Exfoliación y peeling no son lo mismo ni sirven para todas. ¿Cuál es el indicado?

La piel, expuesta a todo tipo de agentes externos, es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Y como todos, merece cuidado. La exfoliación y el peeling son dos maneras de eliminar las células muertas de la superficie, pero ¿cuál es la mejor para ti? Aquí te contamos todo.

Por Marita Barías.

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El verano ya es sólo un lindo recuerdo, pero nuestra piel puede aún tener consecuencias de la exposición al sol, la arena, el viento, el cloro de la piscina, bronceadores, la polución, etcétera. ¿Qué hacer para cuidar al órgano más extenso de nuestro cuerpo? Con un tratamiento exfoliante o un peeling podrás eliminar células muertas y las capas superficiales de la piel para hacerla más radiante, luminosa y suave. ¿La diferencia entre ambos? La intensidad.

¿Qué es el peeling?
Viviana Castro Nolli es cosmetóloga, esteticista y directora de Dayspa (www.dayspa.cl), donde frecuentemente realiza limpiezas de cutis. Explica que se llama peeling a la versión más profunda de la exfoliación, y se realiza a través de un proceso químico –como por ejemplo ácido glicólico o láser– para exfoliar y desprender las células viejas y dañadas, las que son reemplazadas por una nueva piel regenerada, lisa y suave, con menos marcas y arrugas. Sin embargo, no es para todas. «El peeling se aconseja para pieles con más necesidades, como cicatrices de acné, manchas de sol, marcas, poros muy dilatados, arrugas superficiales y profundas o pieles muy maltratadas. No es recomendado para pieles jóvenes, sensibles o muy delgadas. Además, el peeling es medicina estética, por lo que siempre debe realizarse en centros especializados», remarca Viviana.
El peeling puede ser superficial, medio o profundo, dependiendo del tipo de piel y del problema a corregir. El dermatólogo o especialista determina cuál es el más apropiado para cada paciente.

¿Cómo es una sesión de peeling?
Los peelings dermatológicos los realiza el dermatólogo en su consultorio, después de definir el tipo de peeling a realizar y de indicar ciertas cremas que debes utilizar los días previos para preparar tu piel e incrementar los resultados del procedimiento. Durante este podrías sentir cierta sensación de calor o picazón, que cede con la colocación de máscaras y cremas refrescantes. Sin embargo, debes tener en cuenta que lo más probable es que al terminar tu piel esté eritematosa (ligeramente colorada, similar a la insolación), y luego de algunas horas comenzará la descamación celular, caída en forma de escamas de las células muertas de la piel.
El dermatólogo indicará medidas para reducir la inflamación y humectar la piel, y es fundamental la utilización de protección solar, incluso en esta época de otoño-invierno.

¿Y LA EXFOLIACIÓN?

«La exfoliación se realiza a través de un proceso mecánico, vía máscaras, gránulos, cepillos, etcétera», explica Viviana Castro. Se puede realizar en un centro especializado o de manera casera. Ella recomienda la exfoliación para todo tipo de piel, y ojalá inculcar a tus hijas e hijos que la practiquen desde la pubertad, así se evita la piel seca y sin brillo.
Otro punto importante de la exfoliación es que se puede realizar en el rostro y cuerpo, ayudando a eliminar la capa de células muertas alojada en la epidermis, dándole luminosidad a la piel. Debes recordar que cada 30 días necesita regenerarse, por lo que se recomienda realizarla mensualmente. Pero ten en cuenta que si no te exfolias a menudo, debes empezar una vez por semana y luego ir ampliando el tiempo entre sesión y sesión.

CUESTIÓN DE PIEL

Todo dependerá también del daño que haya en tu piel y el tipo (sensible, grasa, seca), porque se ensuciará más o menos, o bien resistirá mejor o peor las limpiezas. Si tienes piel grasa, deberás hacerte exfoliaciones semanales, para quitar toda la oleosidad y evitar la aparición de acné, puntos negros, etcétera.
Las pieles secas o sensibles no «soportan» exfoliaciones tan frecuentes, por lo tanto, una vez al mes sería lo ideal. Siempre debes prestar atención a la reacción que produce este tratamiento y quizás buscar otra alternativa si se enrojece o se seca todavía más. La buena noticia es que existen varias recetas naturales y caseras para exfoliar.

LOS MEJORES EXFOLIANTES CASEROS

Como es un procedimiento que puedes hacer en casa, te entregamos las recetas ideales para cada tipo de piel. Muy importante: siempre después de una exfoliación debes humectar la zona tratada con una crema según tu tipo de piel.

Harina de avena: Ideal para las pieles sensibles, porque suaviza y desinflama. Se puede comprar en polvo (tiendas naturistas) o bien en hojuelas (en supermercados). Mezcla con un poco de agua para lograr una textura espesa. Aplica en la piel con pequeños círculos, suavemente. Aclara con agua en abundancia y tonifica con una crema humectante. Sus oligoelementos dejarán tu piel más que hermosa.

Sal de Himalaya (rosa): Es una receta ideal si tienes la piel grasa o resistente, o bien demasiado envejecida y sucia. Es una exfoliación muy fuerte, así es que ten cuidado si la aplicas cuando hay sol o de día. Mejor al atardecer. Esta sal es rica en minerales, por eso es mejor que las demás. No obstante, no te preocupes si no la encuentras, puedes usar la sal gruesa o marina. Te servirá para nutrir las capas más profundas y cicatrizar. Puedes humectar con un yogurt natural.

Sal común: Mezcla un puñadito con una cucharada de aceite de oliva o de palta (para piel seca), germen de trigo (para piel madura) o jojoba (para piel grasa). Aplica en la zona que deseas exfoliar, con círculos suaves. Lava bien y luego aplica un poco de aceite esencial de jazmín o lavanda (para piel seca o envejecida), o tomillo o manzanilla (para piel grasa o con acné).

Semillas de amapola: Son ricas en ácidos grasos, que son beneficiosos para la piel, así como otros oligoelementos. Se trata de un exfoliante fuerte, por lo que no se recomienda para dermis muy sensibles. Al mezclarse con aceite vegetal, pueden quitar varias capas de piel muerta. Las cantidades son un puñado de semillas y una cucharada de aceite. Aplica con movimientos circulares. Retira con agua abundante. No te olvides de hidratar.

Plátano + azúcar: Estos dos elementos combinados no sólo son deliciosos como postre, sino que también te sirven para exfoliar la piel y dejarla suave y hermosa. Para esta receta precisas un plátano, tres cucharadas de azúcar, y como opcional ¼ cucharada de extracto de vainilla. Aplasta el plátano con un tenedor y luego añade los otros dos ingredientes. Mezcla bien y cuando te quede viscoso, aplica en la piel. No es aconsejado para el rostro, sino para el cuerpo. Si quieres exfoliar la cara, utiliza sólo plátano. Enjuaga con agua tibia.
Coco + azúcar: Otra receta que podría ser un exquisito postre. En este caso, lo usaremos para dejar la piel muy bonita. Mezcla media taza de aceite de coco con media taza de azúcar (preferiblemente morena) y media cucharada de extracto de vainilla. Aplica en el rostro con movimientos circulares suaves. Enjuaga y aplica crema hidratante.

Menta + azúcar: Este exfoliante es para los labios. Quitará toda la piel muerta, humectará y también perfumará. Necesitas: media cucharada de azúcar flor, media cucharada de aceite de oliva, 3 gotas de aceite de menta. Mezcla todo y aplica con masajes en los labios, durante un minuto. Luego enjuaga.

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