Moda y Belleza

¿Sabes elegir tu shampoo? Te damos siete pautas para no equivocarte

Nuestro cabello cambia constantemente, y para lavarlo existen decenas de opciones, pero sólo algunos te sirven. Aprende a identificar a tu compañero ideal.

Por Carolina Palma Fuentealba

Cuidar el pelo se convirtió en un deber, y más en verano, cuando los rayos UV hacen de las suyas y pueden arruinar completamente el look si no somos precavidas. Y si sumamos el cloro de la piscina, la sal del mar y la arena, tenemos un tremendo conflicto.

Sabemos la importancia de la tríada shampoo-acondicionador-cremas hidratantes, más con el sol, pero en esta oportunidad nos enfocaremos sólo en los primeros. Su nombre significa «frotar» en hindú, y el producto como tal apareció en polvo a principios de 1900. ¿Su objetivo? Eliminar el exceso de residuos, aceite, sudor o células muertas.

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Hay tantos tipos de shampoo que nos confundimos un poco, ¿no? Sin parabenos; otros que no tienen aditivos, conservantes ni colorantes; aquellos con antioxidantes, o bien para cuero cabelludo sensible. También están los con sulfatos, sales que incorporan muchos shampoo y son los responsables de arrastrar la suciedad; o los sin sal, que se usan para las que usan tratamientos constantemente, como alisados o teñidos. Obviamente leyendo las etiquetas puedes saber cuál te conviene, pero hay mucho más que aprender.
El estilista Carlos Versalovic, dueño de la peluquería del mismo nombre, nos entrega información específica.

 

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Para los cabellos grasos, ¿en qué fijarse? «En la transparencia del shampoo. Que sea liviano, natural. Que no contenga aceites ni óleos, que no sea cremoso. La idea es que el shampoo sea antioxidante. Deja el cuero cabelludo purificado, limpio. Que quede libre de residuos grasosos. Pero por lo menos hay que dejar un 20% de grasitud, no hay que eliminarla toda».

Con respecto al lavado, no se relaciona con el cuánto, sino que con el cómo. «Es súper importante el lavado, y la idea es que sean dos veces. El primer shampoo de medios a puntas, sin tocar el cuero cabelludo. Con el segundo shampoo se lava el cuero cabelludo. Esto se recomienda porque al lavar una sola vez se revuelve la mugre de las puntas, del esmog, de la tierra, con el resto cabello. En el caso del cabello graso también es así. En muchos casos el cabello graso tiene las puntas secas y el cuero graso. Es importante hidratar el cabello largo, de dos a tres centímetros de la raíz hacia abajo. Hay que tratarlo con algún acondicionador, crema, silicona».

Entre los errores, Versalovic comenta que los más comunes son el mal lavado (lavarse sólo una vez el pelo), y el exceso de agua caliente, porque esto hiere la hebra y se va cortando la cutícula del cabello. «El agua caliente no remueve la grasitud, sino que la expande. Los movimientos al lavar el pelo son súper importantes. Tienen que ser circulares, con la yema de los dedos en el cuero cabelludo y en las puntas masajeándolas con la palma de las manos», explica.

 

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Los cabellos secos se dan por diferentes razones: exceso de agua caliente, el sol, exceso de sal, tinturas, decoloraciones, y para cada uno de ellos hay distintos shampoo. Lo bueno es que las marcas entregan su descripción en el envase, así que con paciencia encontrarás el perfecto. ¿El mejor tratamiento? «Se recomienda siempre trabajar el pelo; hay que distinguir entre pelo y cuero cabelludo. Ojalá una vez por semana cubrirse el cabello con papel aluminio y aplicar alguna crema de tratamiento. Si es un producto profesional, no aplicar más de una cucharadita de té, los excesos también son malos. No hay que dejarlo más de 20 o 30 minutos, porque eso satura el cabello. Al ser térmico provoca el efecto de un sauna y abre la cutícula. No olvidar que el cabellos es como una escama, y cuando está seco es porque está abierto», explica el estilista.

 

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Movimientos adecuados. Cuando lo lavamos, ¿qué movimiento hay que hacer? ¿En qué nos equivocamos? Lo principal es no rascar el cuero cabelludo. «El principal error es rascarse; la gente se mete las manos en el pelo y empieza a rascarse fuerte. Jamás hay que usar las uñas, siempre hay que hacerlo con la yema de los dedos y en forma circular. Esto ayuda a estimular las glándulas sebáceas que están en la zona del cuero cabelludo, lo que ayuda a tener un cabello más sano, más hidratado, pero hay que hacerlo en el segundo shampoo», enseña Carlos.

 

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¿Agua caliente o fría? «Jamás hay que lavar con agua caliente, tiene que ser tibia. Los cabellos se debilitan con el agua caliente, tiene que ser tibia y las personas que no tienen mucho cabello se recomienda lavar una o dos veces por semana fuera de la ducha, porque el agua –al caer directo en el casco– debilita la zona de las glándulas».

 

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Enjuaguar el shampoo. Pamela Maqueira, directora técnica comercial de InterSalon-Sally Beauty, confirma que es muy importante porque, «si no efectuamos un buen enjuague, nuestro cabello quedará opaco y duro al tacto».

 

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Cambiar el shampoo. Lo sabemos, pero pocas lo hacen. «El cabello cambia de estado, y con ello la necesidad de los aportes cosméticos; lo ideal es cada 2 meses cambiar de shampoo para no saturarlo», aconseja Maqueira.

 

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Beneficios de los shampoo neutros, ¿sirven? «Son ideales para niños, ya que la función es sólo limpiar. Un cabello tratado químicamente debe utilizar un shampoo que además de limpiar genere un aporte cosmético», explica la especialista.

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