Por Alexandra Gallegos A.
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Partamos por lo más simple y básico. ¿Por qué es necesario exfoliarse? Aunque la piel se renueva naturalmente cada 28 días, y las nuevas células reemplazan a las que ya están muertas, hay algunas que no se desprenden de la superficie de la piel, quedan ahí formando una capa que dificulta que los activos de cualquier crema o tratamiento que uses diariamente –antiage en el caso de las cremas de cuerpo o anticelulíticos para el cuerpo, por ejemplo– penetren y hagan su tarea como correponde. Pero no sólo eso. Esa misma capa es la responsable de que la piel de tu rostro se vea apagada y la del cuerpo áspera al tacto.
Acá aparece la exfoliación como la superheroína capaz de mantener la piel con un tono uniforme, oxigenada, y capaz de favorecer su regeneración gracias a la eliminación de las capas más superficiales de la piel. Pero, ¿sabes si lo haces bien?
Antes de contestar mentalmente nuestro Q&A sobre la exfoliación, nunca olvides que siempre después de realizado el poroceso es imprescindible que apliques un tratamiento nutritivo para restablecer el film hidrolipídico de la piel, que también es arrastrado en el proceso. Además, como la capa córnea se vuelve más fina, es el momento ideal para aportar a la piel activos y nutrientes que sean fácilmente absorbidos. Y no te expongas al sol sin tu bloqueador solar, ya que la piel queda más sensible.
1. ¿Cara o cuerpo?
Primero, es imprescindible elegir qué tipo de exfoliante usar. Un exfoliante para cuerpo puede irritar la cara debido al gran tamaño de sus gránulos. Y, por el contrario, uno de cara será insuficiente para eliminar las células muertas del cuerpo.
2. ¿Qué tipo de piel tienes?
Dentro de los exfoliantes faciales existe una amplia gama en función del tipo de piel: seca, mixta o grasa. Y normal o sensible. Es importante elegir el adecuado para no dañar la piel.
3. ¿Cada cuánto lo haces?
Las pieles sensibles deben exfoliarse una vez cada 15 días; las normales una 1 vez por semana, y las grasas entre 1 y 2 veces por semana.
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4. ¿Cuándo lo haces?
La mañana es el mejor momento para realizarse una exfoliación, ya que por la noche hay crecimiento celular y, por lo tanto, más células muertas.
5. ¿Qué pasos sigues?
Es importante empezar humedeciendo la piel, por ejemplo, con un jabón facial. Luego pon en tu mano aproximadamente el tamaño de una almendra de exfoliante, y comienza a aplicártelo con movimientos circulares. Empieza por la nariz, mejillas, frente, barbilla y cuello. Por último retira el producto con agua tibia y enjuágate con agua fría para cerrar los poros y tonificar.
6. ¿Cuánto tiempo lo haces?
Se aconseja realizar un masaje de unos 30 segundos, y nunca superar los 60.
7. ¿Frotas?
Los microgránulos que poseen los geles exfoliantes son suficiente para eliminar las células muertas y arrastrar la suciedad de la piel. Si frotamos, sólo conseguiremos irritar la piel y lacerar de manera microscópica las capas más superficiales de la piel y permitir la entrada de bacterias.
8. ¿Hidratas la piel al terminar?
Ya lo dijimos. Terminar con una buena hidratación es fundamental para nutrir la piel después de la exfoliación. Usa aceite o crema, la textura que más te agrade.
