Los ‘90s fueron una época legendaria para el mundo de la moda. Creaciones vanguardistas que retomaron colores de la década previa. Y, desde luego, las combinaciones y prendas más atrevidas que, en algunos casos, caían en la crítica. (Ejém-ejém, scrunchies y sandalias…)
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Sin embargo, esta época seguro que dejó piezas que, hasta la fecha, se han convertido en clásicos. Un ejemplo:
Sí, las imperdibles gafas negras de diseño cuadrado indefinido. No son wayfarer ni tampoco aviator.
Y hablando precisamente de esta época, nos podemos topar con una película para público joven que, sorpresivamente, dirigió (y protagonizó) Ben Stiller. Al lado, claro, nuestra inspiración: Winona Ryder.
Entre otros actores, podemos nombrar a Ethan Hawke, quien dio vida quizá a uno de los personajes más despreocupados que interpretaría a lo largo de su carrera. El mejor amigo del personaje de Winona, hay que mencionar.
La película se envuelve en romance, odio, drama, comedia y, sobre todo, el mundo laboral como parte de ser adulto. Crecer y conseguir un empleo (o ser despedido del mismo), junto con las experiencias que a lo largo de nuestros veintes, van ocurriéndonos en el camino.
Reality Bites fue también producida por el cineasta Danny DeVito, quien estuvo al tanto del proyecto de Stiller hasta su realización.
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Para el look de Winona, tenemos un derivado circular de las gafas negras, como otras piezas clave que, más allá de la época, redefinían el estilo propio del personaje de Lelaina Pierce, una chica que se encuentra entre la espina de lograr sus sueños profesionales o tener metas realmente profesionales. La veinteañera se cuestiona:
Se suponía que yo iba a ser alguien cuando cumpliera 23 años.
Mientras que Troy Dyer, o Ethan Hawke, le responde:
Cariño, a los 23 años, lo único que debes ser es tú misma.
Aquí la vemos aprovechando el rojo mate que hace tanto contraste con el tono de su cabello como con el de su ropa:
Aquí, por ejemplo, prefería los vestidos floreados, como toda otra chica de los ‘90s:
Sin duda, un clásico que no puedes dejar pasar. ¡Y mucho menos en 20° aniversario!