Moda y Belleza

Claudia Pérez y la parte de su cuerpo con la que lucha día a día

Destacada actriz de teatro y televisión, por estos días dirige y actúa en la obra “Winnipeg, de Los Pirineos a Los Andes”, que se exhibe hasta este domingo 7 de octubre en Matucana 100 y que ya confirmó su segunda temporada para enero. Tiene 36 años, está casada con el actor Rodrigo Muñoz, y es madre de dos niñas.

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¿Los cuidados de belleza son una necesidad, un placer o una obligación?
La verdad es que para mí son una lata; siempre ando corriendo y me detengo poco a ese tipo de cuidados. Sin embargo, por mi profesión, se transformaron casi en una obligación.

El Bótox, ¿amigo o enemigo?
Nunca me he puesto, ¡me dan miedo las agujas!

Parte del cuerpo con la que «luchas» día a día:
¡Uf! El abdomen. Me encantan los dulces y chocolates, pero los malditos se van directo a la guata. Por eso salgo a trotar y trato de hacer abdominales todos los días.

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Un aroma que te fascine:
Vainilla, de Body Shop. Siempre se lo pido a los amigos que viajan, porque en Chile no hay.

¿Revisas la fecha de vencimiento de tus cosméticos?
¿Tienen fecha de vencimiento? ¡Ups! No lo sabía… Por eso no me hacía efecto la crema anti-ojeras…

Te vas a un reality y sólo puedes llevar 4 productos de belleza, ¿qué eliges?
Jamás iría a un reality. Prefiero vender limonada en la puerta de mi casa. Pero si jugamos a eso, llevaría una crema humectante para la cara, harto acondicionador, secador y mi cremita de castaña Natura para las manos.

¿Tienes algún tatuaje?
No tengo, y soy tan cobarde y poco resistente al dolor que creo que no me haría nunca. Una vez mi hija mayor se hizo un piercing y casi me desmayo.

La mejor técnica que has probado para «esculpir» el cuerpo:
¡Hacer deporte!

¿Has cometido algún «error» estético?
Una vez para una serie me tenía que teñir el pelo rubio y me quedó verde… Esa noche tenía un matrimonio, ¡fue horrible!

¿Te has sentido defraudada por algún tratamiento o servicio de belleza?
Por Groupon, cuando compré un masaje en Clínica Seys, y se portaron pésimo. Eran ocho sesiones, hice dos (quiero dejar en claro que la masajista era buenísima), pero en una la plataforma vibratoria estaba mala, y para las otras seis no tenían hora en cuatro meses. Además eran horas saltadas, lo que no tenía ningún sentido porque los masajes se deben hacer seguidos. En el fondo fue un engaño, perdí mi tiempo y mi plata. ¡Pésimo!

Artículo/producto de belleza que siempre llevas en tu cartera:
Mi Vainilla, de Body Shop, y mi crema de castaña Natura para las manos.

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