Todos los recuerdos que tengo de mis amigas rasurándose por primera vez incluyen anécdotas fantásticas de cómo nunca habían visto tanta sangre en su vida y cómo les ardían terriblemente las piernas incluso días después de haberse pasado el rastrillo. Y la verdad, las historias de terror no han cambiado mucho.
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Y es que la mayoría de las veces una no pregunta qué es lo que está haciendo o va a hacer; a nosotras no nos instruyen nuestras mamás cómo rasurarnos las piernas, a diferencia de algunos padres que sí le enseñan a sus hijos cómo cuidarse la barba. Normalmente, algún día se nos ocurre levantar el rastrillo y el resto es historia.
Por eso aquí hay un pequeño manual, que vale la pena revisar, solo para asegurarse de que estamos haciendo las cosas bien. Y si no, a corregir se ha dicho.
- El mejor momento para rasurarse las piernas es después de bañarse; de esta forma el agua ya le habrá dado tiempo a la piel para suavizarse y estar bien hidratada.
- No utilices jabón para rasurarte. Existen cremas de afeitar especiales que cuidan que tu piel no se irrite y que además contribuyen a humectarla para evitar las cortaduras e irritaciones
- Se recomienda usar un exfoliante en tus piernas, al menos una vez a la semana, para deshacerse de las células muertas y mantener el aspecto de las piernas radiante
- Los mejores rastrillos para mujeres son los que incluyen una tira humectante
- No utilices un rastrillo demasiadas veces. Una buena señal de que es momento de cambiarlo es cuando las hojas de acero se ven opacas y ya no logran hacer bien su trabajo. También se recomienda que después de usar el rastrillo lo seques con una toalla para evitar que se oxide muy rápido