Mi amiga Fran Fariña conversó con ustedes hace un tiempo sobre la posibilidad que existan hombres con buena mano, en aquella oportunidad se generó toda una discusión sobre esto. Principalmente por un tema de machismo o feminismo de la acepción.
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Uno de los puntos que se discutieron fue el tema del sexo que es lo primero que se viene a la cabeza con esta frase. Pero la verdad yo no creo que sea solo eso. Creo que todo radica en la preocupación por el otro.
En esta ocasión les voy a hablar sobre las mujeres con mala mano, sin duda existen. Siempre que yo he tenido una pareja estoy segura que lo he ayudado a verse bien, puede ser por un tema de alegría de sentirse querido y también por asesoría.
Pensarán que soy una manipuladora, pero si estoy con alguien quiero que se vea bien -obviamente lo más importante es que se sienta feliz-. Pero por ejemplo, me gusta contarles el pelo, explicarles qué ropa les queda mejor, como deben usarla, etc.
Lo que pasa es que jamás he estado con un tipo pinturita, no me gustan mucho. Como que los tipos muy producidos no me causan nada. Entonces me fijo en otras cosas como en sus gustos, ideales, intereses, etc. Entonces, si luego pasamos a otra fase les arreglo el look.
Son tipos secos, inteligentes, interesantes y además se ven bien por fuera. Ese es el síndrome de la asesora de imagen. Me da risa, quizás es una pelotudez pero lo encuentro divertido.
A varios le he hecho incluso tratamientos de belleza, primero me odian y me dicen que ellos no lo necesitan pero luego se miran al espejo y no pueden creer el efecto de la exfoliación. Para mí mientras más bellos se vean mejor lo hago por amor.
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En cambio hay mujeres que se enamoran de tipos guapos y después de un tiempo los vez y están hechos un desastre. No entiendo cómo se pueden estropear tanto.
A veces pienso que hasta de celosas les dicen que está bien así no más, se supone que las mujeres tenemos un gusto por la estética casi innato. Entonces, como no se dan cuenta que sus parejas se afean a su lado, por eso pienso que lo hacen apropósito. Quizás estoy loca chicas, pero para mí es un tema. Es que es un aporte para ambos, ellos se sienten bien, mucho más seguros y a nosotras nos encantan más. Creo que incluso es una manera de avivar el fuego. Lo miras y dices “¡uuuii mijito rico!”.
Aunque no puedo negar que volver a ver a un ex y darme cuenta que su actual pareja lo tiene ultra descuidado me da un poco de alegría o bastante en realidad.