Increíble pero cierto. Aunque a muchos les va a doler aceptarlo, debo decirles que las personas más estudiosas o con mayor preparación académica envejecen mucho más lento. Podríamos decir que estudiar más es un buen secreto de belleza, que nosotras deberíamos tomar muy en cuenta.
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Esta asombrosa situación la reveló un estudio genético, que indicó que quienes están menos cualificados académicamente envejecen mucho más rápido. Los culpables son los telómeros que cubren los cromosomas de su ADN, los que son más cortos en ellos, que en quienes tienen mayor nivel de estudios, constituyéndose en un signo visible del envejecimiento prematuro.
La investigación británica que concluyó esto tuvo como muestra a 450 personas de entre 53 y 76 años.
Pero para que el estudio fuera objetivo, primero hubo que dejar fuera otros factores súper influyentes en el envejecimiento como la edad, el género, el colesterol y el tabaco. Luego, se observó que los niveles bajos de educación se relacionaban con los telómeros más cortos.
Según lo que leí en Muy Interesante, los investigadores aseguran que el envejecimiento no es una consecuencia de lo que se vive cuando se es adulto, ni tampoco del status social. Por el contrario, depende directamente de lo que vivimos en las primeras décadas de nuestra vida, con efectos a largo plazo, como la educación. Para ellos, una de las causas podría ser que las personas con estudios superiores estarían mejor preparadas para resolver problemas y enfrentarse al estrés.
He aquí una razón más para promover una buena educación y los hábitos de estudio desde la más temprana edad. Como dicen por ahí mente sana, cuerpo sano.
