Moda y Belleza

Moda: desde el corsé hasta el top

Una prenda que representa la opresión, pero que es fundamental en nuestros armarios.

-El sostén o los sujetadores, han estado presentes en la historia de la moda femenina desde el año 2.500 A.C. en Creta. Esta prenda de vestir ha pasado por diferentes etapas, pero siempre como símbolo de represión: desde que las mujeres eran obligadas por la sociedad a lucir cinturas minúsculas sin importar que sus órganos sufrieran, que a penas pudieran respirar y que el sistema digestivo enloqueciera; hasta el objeto de protesta de los 60′ cuando las defensoras del feminismo los quemaban.

PUBLICIDAD

Nos guste o no, está demasiado presente en nuestras vidas. La ley de gravedad y la vejez nos hacen recurrir a ellos a diario y en muy contadas y especiales ocasiones dejamos nuestros pechos al aire. Es un tema cultural, hay países donde el nudismo en los parques es algo natural del verano y en otros (que están más cerca de este lado del mundo), donde se cuestionan, y hasta prohíben, las playas nudistas.

Sí tenemos que reconocer, que por muy incómodos que sean, la estética prima: desde los dolorosos corsés hasta los ergonómicos de hoy, el sostén es la prenda más femenina que podemos tener. Ni las faldas, ni los vestidos y ni siquiera los calzones, alcanzan la feminidad del sujetador. Siempre tienen algún detalle: encajes, transparencias, flores pequeñas o cintas entrelazadas en la parte de adelante.

Nosotras mismas nos obligamos a usarlos, porque pensamos que se nos van a ver los pechos a través de la ropa, o que se ven muy pequeños y caídos. Muchas veces nos hemos vestidos sin ellos y al momento de salir a la calle y enfrentar al mundo liberadas, volvemos al cajón de la ropa interior y nos ponemos el primero que encontramos a mano. Este tema de la “esclavitud” es muy de nosotras: la primera mujer en instaurar una norma ridícula de vestimenta, fue Catalina de Médicis en el siglo XVI.

Ella le prohibió la entrada a la Corte Real de Francia a las mujeres que superaran una cierta medida de cintura y con eso comenzaron 350 años de opresión y diafragmas oprimidos por la rigidez de las varillas de metal del corsé. El tema en lugar de mejorar, empeoró y en 1889 Herminie Cadolle inventó uno que se sujetaba por los hombros, como hoy, pero que aplicaba tanta presión por eso de las figura perfecta, que deformaba los órganos y las costillas. Mary Phelps Jacob patentó el sostén en 1913 (eran dos pañuelos sujetados con una cinta).

Fueron los hombres quienes nos hicieron dejar los corsés, no porque no les gustaran (por ellos se inventaron las almohadillas para agradar el busto en Parín en el siglo XIX), sino por un asunto de estrategia militar: durante la Primera Guerra Mundial Estados Unidos le pidió a las norteamericanas que no usaran sostén para poder usar esas varillas de metal. Reunieron 28.000 toneladas con lo que pudieron fabricar dos tanques de guerra.

Como decía antes, es difícil que lo saquemos de nuestras vidas, porque realzan la figura de cualquiera, desde las más planas con el “wonder bra” hasta las más voluminosas con aquellos que se abrochas por delante; los ergonómicos para las deportistas, creado en 1973 y los tops que, en un principio, se usaban debajo de la ropa y hoy son vistos casi como una camiseta más.

Hay que reconocer que, por muy opresivos que hayan sido en un comienzo, hoy cumplen su objetivo y realmente sujetan.

Tags

Lo Último