Por Andrea Sánchez
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En México la tradición de celebrar a los muertos sigue viva. Cada año, los altares y las ofrendas en honor a los que ya no están engalanan cientos de hogares mexicanos pero, ¿qué significa? ¿por qué se ponen tantos elementos? Aquí las respuestas.
Sí, además de los platillos típicos que sus seres queridos amaban la ofrenda está formada por otros elementos imprescindibles según la tradición popular.
El agua. Es una fuente de vida, se supone que un vaso con agua mitigará la sed después de una largo recorrido. En algunas regiones simboliza la pureza del alma.
Sal. Es un elemento de purificación que sirve para que el cuerpo no se corrompa en el viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
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Veladoras y velas. En la antigüedad se usaban pedazos de ocote, esa esa tradición fue reemplazada por velas de cera que simbolizan la luz, la fe y la esperanza. La luz que emana guía a los difuntos de regreso a su hogar. En muchos rincones de México, cada vela representa a un difunto.
Copal e incienso. Quemar estos elementos limpia el lugar de los malos espíritus lo que abre la puerta a que las almas entren en el que fue su hogar material sin ningún problema.
Cempasúchil. Las flores para los antiguos mexicas tenían poderes curativos. Siempre se le ha relacionado con la muerte y al ser deshojada gracia a su olor y color, guiará a los muertos de regreso a casa.
Papel picado. Representa la alegría que nos da reecontrarnos con los que ya no están. Son un referente de la fiesta y el folclor mexicano.
Calaveras de dulce. Pueden ser de chocolate, azúcar y amaranto. Cada calaverita simbolizará a un ser querido. Significan que, lo único certero que todos los hombres y mujeres tenemos, es la muerte.
Los niveles. Es ya una tradición que el altar vaya por niveles mismos que representan el camino que el alma de los difuntos deben cruzar para regresar a casa.
