Maternidad

Las madres solteras tienen menos niños varones, según la ciencia

Un estudio revela que ante la ausencia paterna, la naturaleza opta por el sexo femenino

El hecho de vivir en pareja influye sobre el sexo de los futuros hijos. Así lo reveló una investigación realizada en Estados Unidos y tomando como muestra 86.450 expedientes de nacimientos ocurridos entre 1960 y 2000.

De esta manera se determinó que las madres solteras dan a luz menos niños varones que las que viven con sus maridos, pero cuando el padre vive con la familia, los bebés tienen un 15% más de posibilidades de ser chicos.

La investigación confirma la teoría biológica según la cual el sexo de los bebés varía según las condiciones familiares, y que esas condiciones poseen diferentes efectos para niños y niñas.

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Las madres solteras tienden a tener niñas en vez de niños, presumiblemente a causa de la ausencia de la figura paterna en el hogar, según un estudio que por vez primera establece una relación entre el modo de vida y el proceso natural de selección de sexo en los embarazos. El estudio fue publicado en Proceedings: Biological Sciences.

De esta forma, descubrió que las madres solteras habían tenido niñas en el 50,1% de los casos, frente al 48,5% de las madres que viven en pareja y que dan a luz también a niñas.

Sólo el 49,9% de las madres solteras alumbran varones, según esta investigación, frente al 51,5% de las parejas habituales. Aunque esa diferencia porcentual parece mínima, en realidad es una estadística muy significativa, relacionada con el conjunto de la población.

El estudio analizó unos 3.000 expedientes de madres que habían tenido hijos con y sin padre en casa y desveló acusadas diferencias entre ellas: cuando el padre vive con la familia, los bebés tienen un 15% más de posibilidades de ser varones.

Entre los factores que influyen en la determinación del sexo figuran, además de las condiciones del entorno, el estado hormonal del padre y la madre del bebé o la frecuencia de la actividad sexual entre ambos. Todo se conjuga para propiciar la selección del sexo del bebé.

Algunos científicos consideran que la proporción de nacimientos niño-niña es un indicador positivo sobre la salud de la población porque el esperma y los embriones masculinos son más frágiles que sus contrapartes femeninas.

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