Maternidad

¿Cómo perder los kilos extra después del parto?

Perder peso después de tener a tu bebé no es tan complicado como crees

Ahora que tienes a tu bebé en brazos seguro estás pensando en mil y un cosas que vivirás a partir de ahora. Sin embargo, hay que aceptar que por mucha felicidad que sienta una tras el parto, se convierte en una molestia ver esos kilos de más que dejó el embarazo.

Por lo general, recuperar el peso que tenías antes del embarazo tomará más de un par de meses y la comida y el ejercicio por supuesto están implicados.  La cosa es, ¿por dónde empezar?

Toma mucha agua

Muchas personas creen que tienen hambre cuando lo que tienen realmente es sed. Tomar un vaso de agua antes de comer hará que comas menos. Otra ventaja de mantenerte hidratada es que evitarás el estreñimiento

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Levántate y muévete

La mayoría de las nuevas mamás se privan del sueño y de los ratos libres pues consideran que no deben separarse del bebé. Lo cierto es que es muy importante mantenerte activa, aunque sea salir a caminar a la cuadra.  Poco a poco debes hacer de 20 a 30 minutos de ejercicio cardiovascular de 3 a 5 veces por semana. Sube y baja escaleras o haz repeticiones de sentadillas y abdominales en tu casa, así te quedarás tranquila de estar vigilando a tu bebé.

Amamantar ayuda (pero no es magia)

Cuando está amamantando, necesita 500 calorías adicionales al día, o aproximadamente 2.700 en total. Pero dado que la lactancia quema de 600 a 800 calorías al día, incluso si todo lo que hace es sentarse cómodamente y alimentar a su bebé, aún podría estar perdiendo peso.

Mantén tus cinco comidas diarias y respeta los horarios

Come de todo pero en pequeñas cantidades, para asegurar que mantengas un nivel continuo de energía. Evita sentir mucha hambre o comer en exceso y disminuye tu consumo de grasas saturadas. Ante todo recuerda consultar a tu médico para que guíe tu alimentación en base a tus necesidades.

¡Descansa!

Parece imposible con un bebé recién nacido pero sí se puede. Cuando tu metabolismo está en reposo, se reduce la ingesta de calorías de modo que mantienes a raya la reacción de hambre y logras quemar más calorías. Esto también te ayudará a quitarte la ansiedad y la sensación de que tienes hambre todo el tiempo.

 

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