Son muchos los estudios recientes y las investigaciones de crianza que explican que más allá de lograr un cambio positivo en los niños, los castigos crean heridas emocionales y distancian las relaciones con los padres, de ahí la onda que cada vez toma más fuerza, donde se explica la necesidad de criar bajo el respeto y el amor.
Berna Iskandar, asesora de crianza alternativa @conocemimundo precisa acciones que papá y mamá pueden realizar para evitar el castigo y lograr un niño más educado pero sobre todo feliz:
Para niños antes y después de la adquisición del lenguaje
Comunicar en lugar de ordenar (usa un tono cómplice, claro y seguro)
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Adaptar el entorno a las necesidades del niño. (Propiciar entornos seguros y amables para que los niños puedan explotar, moverse, jugar, sin peligro y sin estrés)
Usar el lenguaje que mejor comprende un niño pequeño para motivarlo: el juego, la fantasía, la creatividad.
Anticipación, distracción. (Evitemos pasar cerca de la juguetería donde el pequeño va a querer pararse a mirar, cuando andamos apurados. Si quiere agarrar un objeto peligroso, o «prohibido» llamar su atención con otro objeto o actividad atractiva)
Ser firmes cuando sea necesario (si quiere cruzar solo la calle, agarrar el cuchillo carnicero lo detenemos con firmeza y sin violencia)
Reconocer su deseo aún cuando no lo podamos complacer (sé que quieres quedarte un rato más, entiendo tu frustración pero debemos irnos por…)
Dar alternativas en lugar de órdenes. (¿Te quieres bañar primero y comer después?)
Consistencia: hay límites que no se pueden negociar, especialmente aquellos que comprometen la integridad y la seguridad.
Flexibilidad: hay límites con los que podemos ser flexibles (esta noche podemos saltarnos el baño, lo hacemos mañana en la mañana)
Dar el ejemplo. No podemos pretender que el niño integre valores que los adultos no hemos incorporado ni practicamos.
Estrategias para niños después de la adquisición del lenguaje:
Negociar, acordar con los niños al igual que lo hacemos entre adultos. Acercar posiciones hasta lograr salidas intermedias entre lo que los niños necesitan y lo que como adultos estamos en condiciones de ofrecer.
Consecuencias naturales (si no se quiere poner el abrigo antes de salir porque no siente frío, esperamos a salir para que sienta el frío y quiera ponerse el abrigo. Si no encuentra su juguete favorito en medio del desorden de la habitación le acompañamos a comprender que cuando ordenamos se encuentran mejor las cosas)