La viralización de listas colaborativas sobre infidelidad se convirtió en un fenómeno regional, luego de que en Perú surgiera “La lista negra de las girls”, un archivo que permitía registrar nombres, fotografías y supuestas pruebas de hombres acusados de engañar a sus parejas. El documento —que se difundió principalmente en TikTok y X— escaló rápidamente hasta replicarse en países como Chile, México y Ecuador, generando debates sobre privacidad, difamación y exposición digital.
¿Cómo se registraban los nombres en estas listas colaborativas?
La dinámica era sencilla: cualquier usuaria podía abrir el archivo de Excel titulado “La lista negra de las girls” y agregar información de presuntos infieles. Los campos incluían nombre completo, distrito, edad, ocupación, motivo de la acusación, fotos, enlaces a redes sociales y supuestas pruebas. El formato abierto generó un efecto dominó: historias personales, capturas de chats y advertencias se sumaron sin verificación previa.
El modelo tomó fuerza porque iniciativas similares ya habían surgido en Chile, donde incluso se habló de una “guerra de los Excel” entre mujeres y hombres, y en México, donde las listas circularon de manera más discreta debido a advertencias legales. Este fenómeno demostró cómo una herramienta aparentemente “preventiva” puede volverse viral, riesgosa y éticamente cuestionable.
¿Por qué eliminaron la lista y qué dice la ley peruana?
La lista peruana fue dada de baja porque contenía datos personales sensibles, protegidos por la Ley N.º 29733 de Protección de Datos Personales. Esta normativa prohíbe recopilar o difundir información privada sin consentimiento.
Las sanciones pueden superar las 100 UIT, según la Autoridad Nacional de Protección de Datos, y también pueden involucrar delitos como difamación, regulados en el Código Penal, que estipula multas y penas de hasta tres años de prisión. Abogados y especialistas advirtieron que exponer a alguien con información no verificada puede causar daños reales a la reputación y convertirse en un delito, más allá del debate emocional que gira alrededor de la infidelidad.
¿Qué nos deja esta tendencia y cuál es el riesgo real?
La eliminación de la lista no apagó la conversación, pero sí encendió alertas sobre el uso irresponsable de datos en redes sociales. Aunque estas iniciativas buscan “proteger” a otras personas, cruzan una línea peligrosa entre compartir experiencias y exponer públicamente información privada sin control.

