El alpinismo es uno de los deportes más extremos y fascinantes del mundo. Su magnetismo radica en la adrenalina, en ese impulso por conquistar lo inalcanzable. Sin embargo, detrás de las hazañas que marcan récords, también se esconden historias desgarradoras. El caso de la alpinista rusa Natalia Nagovitsyna, quien quedó atrapada en la montaña más alta de Kirguistán tras fracturarse una pierna, es uno de esos relatos que exponen el lado más cruel de este deporte.
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Una misión imposible a 7,000 metros

Nagovitsyna, de 47 años, buscaba alcanzar el prestigioso título de “Leopardo de las Nieves”, que se otorga a quienes conquistan las cinco cimas más altas de la antigua Unión Soviética. En agosto llegó a la cima del Pico Pobeda, también llamado Victoria Peak, de 7,439 metros de altura. Sin embargo, durante el descenso sufrió una fractura en la pierna que la dejó inmovilizada a más de 7,000 metros.
Sus compañeros la resguardaron en una tienda naranja con provisiones mínimas antes de descender a pedir ayuda. Desde entonces, comenzaron los intentos de rescate que se volvieron una verdadera odisea: un helicóptero se estrelló, un experimentado alpinista italiano, Luca Sinigaglia, murió tratando de llegar hasta ella y varios equipos tuvieron que retirarse ante el riesgo de avalanchas y temperaturas de hasta -26 °C.
Las autoridades de Kirguistán confirmaron el viernes que la operación de rescate fue suspendida de manera definitiva. Un dron con cámara térmica sobrevoló la zona sin detectar señales de vida en su tienda de campaña, lo que prácticamente sella el trágico destino de la alpinista.
El último video y el clamor de su hijo
Lo más impactante es que, apenas días antes de que se cancelara la misión, un dron había captado imágenes de Natalia moviendo la mano, confirmando que seguía con vida. Ese video se viralizó rápidamente, pues mostraba la fragilidad humana enfrentándose a la fuerza indomable de la naturaleza.
La reacción más desgarradora vino de su hijo de 27 años, quien ya en 2021 había perdido a su padre, el también alpinista Sergei, durante otra expedición trágica. En redes sociales, el joven escribió: “Mi madre sigue viva”, implorando que no se abandonara la búsqueda. Su clamor conmovió al mundo, pero la realidad es que las condiciones de la montaña hacían imposible poner más vidas en riesgo.
Un error mortal

La historia de Nagovitsyna pone de relieve los extremos del alpinismo. Alcanzar esas cimas requiere una fortaleza física y mental descomunal, pero también implica convivir con la certeza de que un error, una tormenta inesperada o una lesión pueden significar la muerte. En este caso, la valentía de Natalia se enfrentó a lo insalvable: el aislamiento, la altitud y el frío implacable.
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El Pico Pobeda ya era considerado uno de los lugares más peligrosos del mundo para los alpinistas; con esta historia, reafirma su reputación como una montaña que no perdona.
Las autoridades afirmaron que, dadas las condiciones extremas que impiden el rescate inmediato, los restos de Natalia Nagovitsyna solo podrían recuperarse en primavera. Esta información fue reportada por medios locales que citaban declaraciones oficiales sobre las dificultades logísticas y climáticas que hacen inviable realizar una operación segura en la montaña durante el invierno.