En la era de las redes sociales, parece que muchos llevan la búsqueda de likes y vistas al límite de la decencia y de la empatía. Lo que antes se reservaba para momentos privados, hoy se vuelve espectáculo público, y cualquier gesto puede viralizarse en cuestión de minutos, para bien o para mal. Fue justo en este contexto que Natanael Cesário dos Santos, mejor conocido como Nattan o Nattanzinho, se convirtió en el centro de una de las controversias más sonadas del panorama musical brasileño.
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Nacido el 18 de agosto de 1998, Nattan es cantante y compositor de forró, uno de los géneros más populares en Brasil. A sus 25 años, se ha consolidado como una de las figuras más importantes de su estilo musical, ganándose la admiración de miles de fans con su energía en el escenario y su carisma. Sin embargo, su reciente acto durante un concierto en São Lourenço da Mata, en la Región Metropolitana de Recife, le ha acarreado críticas, denuncias y un intenso debate sobre los límites del entretenimiento.
Un “desafío” que indignó a Brasil
Todo ocurrió el sábado 2 de agosto, durante la Fiesta de Agosto. Entre luces y aplausos, Nattan invitó al escenario a una mujer con acondroplasia -un tipo de enanismo- y propuso lo que él llamó un “desafío”: ofreció mil reales (aproximadamente 185 dólares) a cualquier hombre del público que quisiera besarla en vivo.
El momento, grabado y difundido por el propio cantante en sus redes sociales, mostraba a la mujer siendo aclamada por el público mientras Nattan bromeaba con ella. Tras la negativa de los primeros asistentes, un camarógrafo del equipo subió al escenario y la besó mientras el cantante celebraba la escena. Para algunos, fue un acto de diversión; para muchos otros, un gesto humillante y un ejemplo claro de discriminación y cosificación.
La Asociación Brasileña de Enanismo (Annabra) reaccionó rápidamente, emitiendo un comunicado tajante: “No somos un chiste. Somos personas”. La organización anunció que denunciará a Nattan por “capacitismo”, delito que, según la Ley de Inclusión brasileña, puede acarrear hasta tres años de prisión y multas, cifra que aumenta hasta cinco años si se comete a través de medios de comunicación o redes sociales.

La polémica y la defensa del artista
El video, que sigue circulando en internet, ha acumulado cientos de miles de reproducciones y miles de comentarios. Mientras unos usuarios defienden al cantante, otros critican con dureza la normalización de la humillación hacia personas con discapacidades. Nattan, por su parte, declaró que estas interacciones no son aisladas y que la mujer participante también recibió la compensación de mil reales.
Marcos Ferreira, el camarógrafo que besó a la mujer, compartió el video en tono humorístico, aumentando aún más la controversia: “Cuando el beso vale mil y todavía viene con risa y bolsillo lleno… entonces sí es trabajo con gusto”, escribió.
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Si bien la mujer parecía disfrutar del momento, Annabra recalcó que el acto refuerza estigmas y perpetúa prejuicios hacia personas de talla baja, más allá de la intención del artista o la reacción del público.
Lo que podría haber sido un momento de diversión para un concierto de forró terminó convirtiéndose en un debate sobre ética, respeto y los peligros de cosificar a alguien para entretener al público.